Tolerancia

El proceso electoral de 2018 generó división en la sociedad, producto de las diferencias políticas entre quienes creíamos o no, en los distintos candidatos y candidatas; las conversaciones se recrudecieron y pusieron a prueba nuestra tolerancia. Al día de hoy, no hemos sido capaces de tender puentes entre todas las expresiones y aceptar la diversidad de ideas y creencias de las demás personas.

Pareciera que hemos olvidado que nuestro pacto social se funda en la conciliación y el entendimiento, día con día podemos leer comentarios en las redes sociales que incitan al enfrentamiento y a la violencia; hablar de política ha llegado a convertirse en un campo minado, rayamos en la cerrazón y en algunos casos, hemos llegado a creer que poseemos la verdad absoluta.

Pese a los llamados a la conciliación y al respeto, las brechas que hemos construido a base de descalificaciones e intolerancia, nos han sumergido en un caos que nos inmoviliza frente a los problemas que como sociedad enfrentamos; la defensa iracunda de nuestros líderes políticos, a ratos nos ciega y nos impide ver que el otro es, antes que nada, nuestro amigo, vecina, compañero o familiar y que su opinión, es tan respetable como la nuestra.

Nos enfrentamos con otros vía Twitter o Facebook, exigimos respeto a nuestras ideas mientras descalificamos expresiones distintas a las nuestras o que no encajan con nuestra forma de entender la realidad. La intolerancia es el pan nuestro de cada día, vivimos en una sociedad polarizada donde todo es blanco o negro, estás conmigo o contra mí, eres bueno o malo, y la maldad se define en razón de si apoyas mi ideología o no. Así, el divisionismo permea en todos los espacios en que nos desarrollamos: casa, trabajo o escuela, no hay un espacio que se salve de la polarización y, en algunos casos, de la violencia.

La elección de 2018 nos enfrentó a formas de comunicación y discursos nunca antes replicados de forma tan masiva como ahora, me atrevería a decir que cambió la forma en que nos relacionamos y concebimos a las demás personas.

610528-violence3

La viralidad de la información, incitó a la violencia y a las descalificaciones; Whatsapp dejó de ser la aplicación en la que nos comunicábamos y enviábamos imágenes de Piolín para convertirse en el espacio de las cadenas y la información falsa; Facebook se transformó en el espacio perfecto para sacar a relucir nuestros odios, resentimientos e intolerancia. La rapidez con la que nuestros ojos y oídos se llenaban de declaraciones y afirmaciones, nos impidió procesar mucho del contenido al que teníamos acceso y detonó un enfrentamiento entre lo real y lo imaginario, donde la realidad fue superada y los hechos falseados por noticias que, en muchos casos, eran maquinaciones de grupos que buscaban generar miedo y división entre las personas.

Nos convertimos en víctimas de los políticos y sus tretas para incidir en nuestro voto y, sin darnos cuenta, nos convertimos en personas incapaces de admitir y entender que todas y todos estamos en el mismo barco, que vivimos y compartimos los mismos espacios y el mismo país, que antes que ser militantes de algún partido o simpatizantes de algún político, somos seres humanos que se necesitan entre sí para mantenerse a salvo y hacer frente a las amenazas que nos acechan.

Es hora de transitar y reconstruir el tejido social, por un momento olvidémonos de Andrés Manuel y sus declaraciones, de Alejandro Murat y sus decisiones, volteemos a vernos, reconozcámonos como personas, como ciudadanos y ciudadanas, como amigas, amigos, compañeros, vecinas, familia. Aceptemos nuestras diferencias y dejemos de lado la intolerancia, los políticos van y vienen, nosotros permanecemos, nuestro valor no puede estar ligado a ellos o a sus creencias, nuestras diferencias no pueden ser más grandes que nuestras causas y cosas en común.

Fue una elección, en dos años volveremos a las urnas y mientras tanto, ¿no sería mejor vivir en armonía y respeto? Bastante cruda es la realidad y siempre necesitamos aliados.

Por Elizabeth Castro

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *