POR ELIZABETH CASTRO.
Enrique Peña Nieto ha sido un Presidente ausente, ajeno al clamor popular y con un equipo que ha demostrado su incapacidad para responder rápidamente ante los momentos de crisis social que el país ha atravesado. A Peña Nieto se le reprocha su falta de sensibilidad, sus respuestas tardías y, en muchos casos, absurdas.
El gasolinazo, no fue la excepción; tras días de protestas sociales y de cara a la elección del Estado de México, el Presidente dio un mensaje a la nación preguntando ¿Qué hubieran hecho ustedes? Las respuestas no se hicieron esperar, es increíble que se atreviera a preguntar eso. Días después, hizo un llamado para firmar el “Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar”, a través del cual busca implementar medidas que permitan enfrentar la crisis que se desató tras el incremento en el precio de la gasolina.
¿Y luego? Nada, la COPARMEX se negó a firmar el acuerdo, las protestas continuaron y pasaron dos semanas antes de que la Cámara de Diputados decidiera disminuir su presupuesto; dos semanas para que los legisladores se preocuparan por emitir medidas que contribuyeran a reducir el descontento social.
La crisis económica y social que atraviesa nuestro país, ha puesto en relieve la necesidad de reestructurar el gasto público y mermar los sueldos y prestaciones de nuestros representantes y funcionarios, así como también, eliminar los privilegios de la clase política mexicana.
Si el gobierno de Enrique Peña Nieto espera ganar las elecciones de 2018, tendrá que trabajar en reconstruir la confianza de la ciudadanía en las Instituciones. Aunque la estructura clientelar del PRI dará lucha en la elección del Estado de México; ésta, podría no funcionar en la elección presidencial, si el gobierno insiste en mantenerse ajeno al clamor popular.
Como sociedad, requerimos acciones que nos demuestren que nuestros representantes comprenden la magnitud de la crisis y la afectación en nuestra vida. Es momento de que el gobierno sea empático con la gente y los legisladores den muestra de solidaridad sin importar a qué partido pertenecen. No se trata de dar discursos o renunciar a sus cargos en un acto de congruencia; sino de implementar acciones que permitan subsanar los errores que el mismo gobierno ha cometido.
El gasolinazo es un acontecimiento que puede desatar crisis más profundas y sacar a flote los odios y enconos más hondos de la sociedad. Después de los escándalos por corrupción que hemos presenciado durante este sexenio, declaraciones como el que era necesario acabar con el subsidio a las gasolinas para mantener programas sociales, es una burla. Es tiempo para analizar si nuestro gobierno es capaz de responder a la necesidad popular o… si se mantendrá como un gobierno de respuestas tardías, donde las explicaciones llegan después de las manifestaciones. Mientras tanto, seguiremos esperando a que se reduzcan los salarios de los Senadores, Magistrados, Diputados, altos funcionarios, y se eliminen las pensiones a los ex presidentes… soñar no cuesta nada.
ELIZABETH CASTRO
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