Por: Carime Kuri Fierros
Cómo afrontar la pérdida de tu pareja después de 36 años de vida juntos ante el pronóstico de un posible segundo cáncer. Un día aparece un malestar que se intenta calmar con algunos fármacos y descanso, éste se agudiza. La llegada al hospital y la primera revisión llevan al médico a sospechar la presencia de un posible cáncer.
La noticia es inesperada, se recibe como un fuerte golpe que sacude al más plantado; aún se deben realizar los exámenes pertinentes para confirmar esta sospecha. No hay una manera “correcta” ni un “mejor momento” para experimentar un evento así ni pasar por ello. En el período de un año, ella ha recibido dos primeros diagnósticos de cáncer; el primero de garganta, resultado negativo; y éste segundo, de estómago.
Pensar en la pérdida de la esposa es una de las experiencias más dolorosas y significativas que un hombre pueda enfrentar, confrontarse con la simple idea ya es doloroso. La manera de manejarlo depende de mirar todo el contexto ya que cada individuo es único, y la relación con la esposa también lo es; influye la edad y la relación con los hijos, el tema económico y el estado emocional. Sin embargo, hay patrones a considerar y profesionales para dar apoyo emocional y acompañamiento.
Es inevitable recorrer la gama de emociones saltando de la tristeza al enojo mirando la incertidumbre, vistiéndose de soledad, buscando la esperanza y sacando la fe del cajón.
Oír la verdad, hablar las cosas como son y manejar el lenguaje correcto, es estar en la realidad por dolorosa que ésta sea. Atreverse a sentir las emociones y dejarlas fluir. En este caso, mostrarse estoicamente o enfocado en la “resolución del problema” le impide contactar con sus emociones.
Después de 18 días en el hospital y con todos los resultados de los exámenes realizados, el diagnóstico final es negativo a cáncer. Llegar a casa con ella, una receta de medicamentos, una nueva dieta y con la felicidad de que fue una segunda oportunidad, aparenta solución total. Pasados unos días, el cae inesperadamente al piso, respuesta a estos días de estar nadando en un caldo de emociones, con el estrés a tope, tratando de mantenerse tranquilo para ser soporte de ella y de los hijos, resolviendo pagos, mal durmiendo y mal comiendo. Por supuesto que esto no ayuda, es importante desahogarse, es necesario dormir; por ello es necesario, hacer una rotación con el resto de la familia, sentarse a comer aun cuando no haya mucho apetito, comida sana no chatarra, delegar y apoyarse con los hijos o con familiares y amigos para que realicen trámites u otras tareas.
Ahora, ambos están abiertos a los nuevos cambios, desechando viejos hábitos, disfrutándose más, conectando con sus emociones, teniendo platicas más profundas que los llevan a conectar con el amor inicial y agradeciendo el minuto a minuto de seguir juntos. No dar por hecho que mañana será otro día y después vendrá otro y otro hasta la eternidad. Analizar para qué estoy viviendo estas dos experiencias que anuncian el inicio del fin, aprender, modificar y continuar más ligeros, ello marcará la diferencia.
