Seríamos nada sin los humedales 

Por: Roberto Villagrán Torres 

En nuestro planeta, existen múltiples tipos de ecosistemas que se diferencian por sus características climáticas, geográficas y por las especies que habitan y predominan en el lugar; sin embargo, hay ecosistemas que destacan por la importancia de los recursos naturales que resguardan, la cantidad de organismos que dependen de él y la fragilidad de su ciclo y su equilibrio.

Históricamente, los humedales son sitios relevantes para la humanidad, gracias a la enorme cantidad de recursos naturales que se pueden aprovechar. Esta característica fue llamativa para las civilizaciones humanas desde hace milenios, quienes decidieron tomar la oportunidad y desarrollar las más grandes civilizaciones humanas. 

En México, el imperio Azteca dominó la cuenca de México, aprovechando los recursos de los lagos Texcoco, Xochimilco y Chalco, con cultivo en chinampas y la pesca. En Medio Oriente, el Imperio Egipto aprovechó los valles fértiles que permite el Río Nilo entre el desierto, desarrollando la agricultura y el comercio en una región estratégica. En Asia, los humedales de sus planicies permitieron convertirse en centro de cultivo del arroz, impulsando a diferentes culturas, como el Imperio Chino, a dominar grandes áreas. 

Un humedal es un sitio de transición entre tierra y agua, sus suelos se encuentran saturados por el agua, temporal o permanentemente, y son dependientes de procesos hídricos, como la lluvia y la marea. Esta característica los hace frágiles ante los cambios climáticos, debido a que, para que se forme un humedal, es fundamental un ciclo de precipitaciones, donde el suministro de agua sea mayor a la evaporación y logre acumularse. 

Los humedales son un eslabón clave para el ciclo del agua por su papel reservorio, donde el líquido permanece a la espera para continuar con el proceso, permitiendo que las especies y los humanos la aprovechen. Este comportamiento permite que el calor que llega a la tierra sea absorbido por las zonas de humedales, disminuyendo y regulando la temperatura terrestre.

Los humedales son de los sitios que mayor diversidad concentran, ya que, funcionan como un ecosistema intermedio entre lo terrestre y lo acuático, donde conviven peces, crustáceos, moluscos, aves acuáticas, anfibios, reptiles, mamíferos, plantas y algas, entre otras muchas especies. Son sitios ideales para la reproducción y crianza de organismos; además, son estratégicos para la migración de aves. 

Gracias a los beneficios ambientales que proporcionan, el 02 de febrero de 1971 la ONU realizó la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional para concientizar a la población de la rápida desaparición de estos ecosistemas. México es el segundo país con más Humedales de Importancia Internacional, pero el 60% de su volumen ha desaparecido.

La vida se complica sin los humedales. El cambio climático ataca desde distintos ángulos y poco estamos haciendo para corregir el rumbo. Es momento de actuar por las generaciones futuras.

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