¿Quién paga por lo que la naturaleza aporta?

Por: Roberto Villagrán Torres y Romina Silva Espejo 

En un país con riqueza natural es relativamente sencillo respirar aire fresco, beber agua, comer frutas, verduras y carne; sin embargo, hay lugares donde los recursos naturales, tales como: el suelo fértil, los bosques y el agua, son muy limitados.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene el agua potable? Sí, sí del grifo y de los garrafones que traslada el camión repartidor, pero hay más involucrados en el proceso. En realidad, el agua que bebemos es un servicio ambiental que resulta de un ciclo global regulado por sistemas naturales tan complejos como el clima y los bosques. 

Un servicio ambiental es un beneficio que los humanos tomamos del medio ambiente sin pagar nada a cambio. Si retomamos el ejemplo del agua, el ciclo del agua comienza con la caída del agua causada por la condensación de las nubes, luego el agua humedece la tierra y es filtrada por el suelo y las raíces de los árboles; después, el calor del sol provoca que el agua se evapore y pueda trasladarse por todo el mundo, para luego caer otra vez y repetir el ciclo. Sin embargo, nada de eso es percibido, es un proceso oculto para muchos.

Los humanos nos limitamos a estirar la mano para tomar los recursos naturales que el planeta y la naturaleza producen. ¿Te imaginas lo costos que implicaría realizar el ciclo del agua con tecnología humana e intentar llevarla a todas las personas? Sería una tarea imposible, sin mencionar que hay millones de personas sin acceso a agua potable hoy en día.

Es desde ahí donde hay que contar para calcular el valor de la naturaleza, por los servicios ambientales que nos brinda. No sólo es el ciclo del agua, es también: la liberación de oxígeno y eliminación de CO2 de la atmósfera por medio de la fotosíntesis realizada por algas y plantas, la creación de fertilizante en las tierras de cultivo por el proceso de descomposición y liberación de nutrientes al suelo, la generación de frutas y verduras gracias a la polinización de las plantas por parte de los animales polinizadores, la generación de combustibles fósiles como el petróleo y el gas, la medicina tradicional a partir de plantas, el ecoturismo, y podríamos seguir dando ejemplos. 

Volvemos a preguntar, ¿Cuánto nos costaría generar todo lo mencionado? Es, por lo menos hoy, absolutamente imposible. Sin los servicios ambientales, nuestra especie y civilización no serían nada de lo que hoy conocemos, por ello, preocupa tanto la deforestación, contaminación y el cambio climático. Es urgente conservar los servicios ambientales, por lo que, es urgente conservar los ecosistemas. Una estrategia muy utilizada a nivel mundial son las áreas naturales protegidas. En ellas, se pueden conservar hectáreas de ecosistemas y mantener la riqueza natural, siempre y cuando, la conservación del sitio sea real e interesada. Creemos que es buena idea cuestionarnos hoy ¿Cuáles son los servicios ambientales que consumimos, de dónde vienen y cómo cambiaría nuestra vida sin ellos? A partir de ahí, los invitamos a valorar y proteger la naturaleza.

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