Por: Romina Silva y Roberto Villagrán
Con la entrada de la primavera, muchas de las plantas que ornamentan la ciudad comienzan a mostrar sus lindas flores. Por ejemplo, las numerosas flores amarillas del árbol “Lluvia de oro”, que se ha convertido en una de las bellezas naturales más llamativas de las calles de la capital oaxaqueña y otras comunidades, suelen ser abundantes en esta época del año.
No obstante, las semejanzas morfológicas que presentan algunas especies provocan que sean confundidas por la comunidad, lo que resulta en que varias especies, nativas y exóticas, sean reconocidas con el nombre común “Lluvia de oro”, lo que dificulta diferenciarlas.
En la ciudad de Oaxaca, las especies Handroanthus chrysanthus y Cassia fistula suelen confundirse debido a sus grandes racimos de flores doradas y a su comportamiento caducifolio. Sin embargo, estas dos especies son muy distintas desde el punto de vista botánico y ecológico.
La especie H. chrysanthus es una especie nativa que crece en las selvas secas del estado. Su floración suele ser explosiva y realizada sincronizadamente por todos los árboles de una misma región, lo que representa una importante fuente de alimento temporal para animales polinizadores. Durante este periodo, abejas, avispas, abejorros y colibríes nativos o endémicos participan en la polinización.
Por otro lado, la especie C. fistula es una planta asiática que fue introducida al continente americano con fines ornamentales. No representa un recurso de alimento significativo para la diversidad de polinizadores del estado, además, se ha identificado que se ha establecido bien a las condiciones de la región y que se reproduce y germina con facilidad. Este comportamiento invasivo ha preocupado a la comunidad botánica debido al posible desplazamiento y extinción de especies nativas, como H. chrysanthus y sus polinizadores.
Si bien, algunas veces es necesario optar por especies exóticas para la reforestación urbana debido a las condiciones de contaminación y sequía a las que se enfrentan en la ciudad, se debe conocer el comportamiento biológico de la especie y evaluar los riesgos que implica introducir una especie exótica a la región, así como darle seguimiento, observar cómo se están desarrollando y si se está propagando o está afectando a las especies con las que comparte el sitio.
Por esto, es importante reconocer a las especies con las que convivimos y siempre será más seguro seleccionar especies nativas para propagar y sembrar. De esta manera se apoya en la preservación de las especies y se cuida el equilibrio del ambiente que habitamos.
