Por: Carime Kuri Fierros
Todos los seres humanos tenemos un origen en familia y ese es nuestro árbol genealógico. Antiguamente se desconocía la fuerza que cada miembro tenía y dejaba dentro de su árbol familiar y las repercusiones buenas o malas que generaría a partir de su paso por la vida hacia las nuevas generaciones. Tiempos de guerra, emigraciones, relaciones fugaces, pérdidas de vidas, de fortunas, adopciones, secretos y muchos más eventos que quizás quedaban olvidados o silenciados, generando dolor, poco interés y mucha ignorancia con respecto a las repercusiones. Algunas familias hablaron de sus ancestros para bien, otros para mal y ocultar algún pesar para mencionarlos, otros fueron excluidos y quienes desconocían su origen, secretos ocultos.
Recurres al árbol cuando hay obstáculos que son repetitivos, enfermedades que surgen sin una aparente lógica, por fracasos en el amor, pérdidas económicas, sufrimiento, no sentirte parte de la familia o impedimento de la maternidad, por mencionar algunos temas. Todas las respuestas están en tu árbol, con tus ancestros, hechos por lealtad, por proyecto sentido, etc. Entonces es el momento de armar tu árbol recolectando fotos, documentos importantes, historias, eventos, nombres personales, nombres de lugares de origen, actas de nacimiento y de defunción, buscar registros, conocer enfermedades o cualquier dato que logres encontrar entre familiares que aún viven, amistades cercanas a la familia, apoyándote en la tecnología y con ayuda de un profesional, reconstruir y encontrar los elementos claves a través de tus ancestros, para conocerte a tí mismo, y entender los eventos, porque ahí están todas las respuestas.
En los años 60, las técnicas para ayudar al consultante básicamente eran: encontrarse a sí mismo, sanar fobias, alteraciones emocionales, desajustes de personalidad, fracasos amorosos, carencia económica, entre otros temas, pero desde la premisa de individuo fuera de la familia de origen. Era el “Psicoanálisis” el medio para llegar al inconsciente que ayudaba al consultante a tomar consciencia.
En los años 70 surge la corriente llamada “Psicogenealogía”, método enfocado en los problemas no resueltos de los ancestros, convirtiéndose en el origen de los conflictos del paciente. Grandes estudiosos dejan un legado: Didier Dumas, Anne Schützenberger, Bert Hellinger, por mencionar algunos.
Actualmente, el manejo “Psicoterapéutico” se ha enriquecido incluyendo el “Transgeneracional”, elemento importante para mirar al árbol desde el “amor y el agradecimiento”, reconociendo el consultante, las circunstancias que vivió su ancestro, sin juicio, entendiendo las herramientas con las que contaba, valorando que lo hizo de la mejor manera, mirarlo y darle las gracias porque fue esencial para que hoy estuvieras aquí, es sanar y sanar a su propio árbol para avanzar sin cargas.