Por: Carime Kuri Fierros
En la búsqueda del amor, es muy común que este se idealice más que se aterrice, y como toda historia de enamorados, él parece un príncipe y ella es toda una princesa, pero esta primera imagen que se materializa es a través de la ilusión manejada desde casa o creada por la fantasía de cada persona, convirtiéndose en un patrón que debe mantenerse eternamente hasta que: “vivieron felices por siempre y colorín, colorado, este cuento se ha acabado”; la realidad es otra y muy diferente.
Nadie está en contra de que alguien vea a su hombre como príncipe o rey y por supuesto, ellos ver a su compañera de vida como princesa y hacerla reina; el problema se genera cuando una de las partes se queda en la historia romántica, en el cuento de hadas y no aterriza a ese compañero o compañera como un simple y total mortal.
Cuando la magia del cuento de hadas se comienza a esfumar y las flores no llegan, ella no huele tan rico, él comienza a ser tacaño, ella hasta el agua se le quema y la lista puede ser infinita; quien idealizó, seguirá insistiendo en su mente que sí hay un rey o que ella es una reina, sólo que a veces….la lista de justificaciones es aún más larga, hace que la relación tenga tropiezos, entonces, paralelamente, se crea un cuento, ya sea de bruja o de brujo que entrelazan, y hacen de esta persona, un dependiente o una dependiente emocional, aferrándose a que ese amor existe y no se puede esfumar. Cuando es inminente la ruptura, la pérdida de este cuento se convierte en una lucha contra dragones y demonios, entonces aparece la famosa frase de: “no era mi media naranja”, por lo que se dan a la tarea de encontrar a esa mitad, cayendo de una desilusión fea a otra horrible que puede durar años.
¿En verdad existe una media naranja? o ¿Es una frase elaborada que guarda entre letras una ilusión falsa? Esta frase aparece en un escrito realizado por Platón en el año 350 a.c. en una obra llamada “El Banquete”, donde él hace alusión al amor, más tarde se formará la frase: “es un amor platónico”, por lo tanto no hay nada sólido que sustente la idea de que existe y debes encontrar a tu media naranja o que la relación fracasó porque no eras la media naranja de esa persona.
Almas gemelas sería el sinónimo de lo que venimos hablando y tristemente tampoco existe nada sólido que sostenga esta hipótesis, lo que sí es cierto, es que ese príncipe o esa princesa es tu media naranja, tu alma gemela o tu mitad, porque será el espejo donde verás tu complemento si decides vivirlo desde el amor, con los pies plantados en la madre Tierra y tu chakra coronilla conectado al universo, entonces podrás caminar y crecer en la relación con tu media naranja o tu alma gemela sin ser dependiente emocional. Pero si lo vives desde la idea prefabricada o con tus expectativas, lo más probable es que termines en un cuento de horror, con una relación tóxica y dependiente emocional una y otra vez..