Por Elizabeth Castro
A María de Sol nos la arrebataron hace un mes, la asesinaron. Acabaron con su vida de manera cobarde, valiéndose de la impunidad y el abandono en el que Juchitán se encuentra sumido desde hace años. María no murió sola, junto a ella quedaron los cuerpos de Pamela Terán y Adelfo Guerra; nadie sabe quién fue, nadie vio nada, nadie salió a ver la cara de los asesinos, nadie quiso ver a quiénes mataban.
Asesinada, rafagueada, víctima del Gobernador, del Fiscal, de Francisco Javier Montero López (ahora ex titular de la Secretaría de Asuntos Indígenas en Oaxaca), víctima de José Raymundo Tuñón, víctima de la inseguridad, esa que Alejandro Murat insiste en no reconocer, esa que nos ha costado lágrimas y sangre, esa que ha destrozado vidas, familias y corazones.
El Dirigente estatal de uno de los partidos integrantes de la coalición PRI-PVEM-PANAL se enteró a las 5 de la mañana del sábado 02 de junio que a Pamela Terán le habían arrebatado la vida al salir del Bar Jardín; los medios de comunicación y las organizaciones feministas se enteraron a primera hora de la mañana de la muerte de Pamela y María del Sol.
¿Y el “gobierno”? ¿Y Francisco Montero? ¿A qué hora se enteró el gobernador? ¿A qué hora dio respuesta? A las 22:50 del 02 de junio, con un tweet donde expresaba sus condolencias. Y el PRI estatal ¿Qué dijo? Que lo lamentaba… no más.
¿Qué iban a decir? ¿Qué a María la asesinó su jefe? ¿Iban a admitir el uso indebido de recursos públicos? ¿Iban a pedirle a todos los comisionados que regresaran a sus casas? ¿Iban a admitir que amenazaron a los trabajadores con despedirlos si se negaban a participar en las campañas? ¿Qué iban a decir, que son corruptos? ¿Iban a admitir que para algunos “políticos”, los muertos son sólo daños colaterales? ¿Iban a admitir que alguien sustrajo la computadora y la cámara fotográfica de María? ¿Iban a admitir que en Juchitán hace mucho que no hay paz ni seguridad? ¿Iban a admitir que el gobierno actual vive en el hedonismo y la indiferencia?
No, claro que no. Eso sería como darle la razón a los críticos y a los opositores, eso sería admitir que el gobierno ha fallado en materia de seguridad y que comienza a ser sobrepasado por el crimen organizado.
No seamos indiferentes, no pensemos que la violencia no nos alcanzará, porque ya lo ha hecho. Esta vez fueron una candidata, un chofer y una fotógrafa quienes se sumaron a la lista de homicidios en la entidad; mañana puede ser usted.
María no estaba ahí porque quiso, estaba ahí porque necesitaba trabajar para apoyar a su familia; estaba ahí porque siendo el gobierno el mayor empleador de Oaxaca, es difícil decirle que no a un jefe que te amenaza con dejarte sin trabajo. María fue comisionada por Francisco Montero para “apoyar” la campaña de Hageo Montero, su hermano… y eso se llama corrupción.
A María no la asesinaron por estar en el lugar equivocado, porque en este país, hace mucho que todos los lugares son lugares equivocados.
FOTO: MARIO ARTURO MARTINEZ/EL UNIVERSAL