El proyecto de vida de una mujer debe incluir el ser madre porque, de otra forma, estaría incompleto, según la sociedad en que vivimos. Cuando una mujer está cerca de los 30 o 35, las preguntas obligadas son: hija, ¿Y para cuándo una pareja con la que formes una familia?; y, en caso de ya tener una pareja, la pregunta se convierte en: ¿Y para cuándo los hijos?; pues es bien sabido que la etapa reproductiva de una mujer se comienza a acortar y a volverse peligrosa.
Actualmente, en las mujeres, el tener hijos no podría definir si es un plan incluido dentro de sus vidas, pues cada vez lo que ellas desean más es viajar, salir, conocer, prepararse y hacer todo lo que, en algunos casos, sus madres no pudieron hacer. En diversas situaciones prefieren recurrir al hecho de tener mascotas como hijos y, en un sentido, no tomar la opción de tener hijos por el momento. Hay mujeres que se han cuestionado el hecho de que, aunque el cuerpo fisiológicamente esté preparado para dar vida, no es obligación de ellas hacerlo.
Dentro de la sociedad se ha creído y formado la idea de que la maternidad es la mejor etapa de la mujer y que, quienes no lo hagan, no cumplirán con el proyecto de vida que la colectividad ha marcado.
Por su parte, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) en 2015, destacó los siguientes datos en México, los cuales indican que la maternidad entrada la década de los 30 en las mujeres (como común denominador en la clase media), sobre todo en quienes ocupan puestos directivos, gerenciales y artísticos, no tienen el deseo de tener hijos; es decir, el 8.6% de los hogares en México están formados por parejas sin hijos.
Cada día, las mexicanas deciden unirse al hecho de no tener hijos y, por ello, sumarse a la generación “NoMo”, término creado por la psicoterapeuta Jody Dan en 2011, en donde se establece que las mujeres se alejan de las cuestiones biológicas que el cuerpo “ha destinado para ellas” y toman la opción de prepararse dentro del ámbito laboral.
Lo cierto es que ser madre es una decisión personal y no una imposición. No importa que los planes sociales o familiares lo indiquen; está en nosotros el decidir sobre nuestro cuerpo y, sobre todo, el saber si estamos listas para entrar al periodo de la maternidad, en donde, la lista de prioridades se va modificando de tiempo en tiempo.