La ballena asesina ¿Es realmente ballena y asesina? 

Por: Romina Silva y Roberto Villagrán 

Orcinus orca, conocido comúnmente como orca o, de forma inexacta, «ballena asesina», es un cetáceo fascinante y fácilmente reconocible. Su amplia distribución mundial y su distintivo color negro con manchas blancas lo han convertido en un ícono marino. Además, este imponente animal ha sido protagonista de numerosas películas y documentales como: “Orca”, “La ballena asesina”, “Liberen a Willy” y “Blackfish”. 

A pesar de su popularidad, el apodo “ballena asesina” no es adecuado. En primer lugar, la orca no es una ballena; pertenece al grupo de los odontocetos (cetáceos con dientes) y, de hecho, es el delfín más grande de la familia Delphinidae, alcanzando hasta nueve metros de longitud. En contraste, las ballenas forman parte de los misticetos (cetáceos con barbas), como la ballena azul o la ballena jorobada. 

Una de las principales diferencias entre estos dos grupos de cetáceos radica en su alimentación. Mientras las ballenas filtran el agua con sus barbas para capturar kril y otros pequeños organismos; los delfines, como la orca, utilizan sus dientes para cazar. La orca se ha perfeccionado como depredadora, quizás por eso ha sido injustamente etiquetada como «asesina». 

Lejos de ser un término despectivo, su habilidad como cazadora resalta su extraordinaria inteligencia y su capacidad para trabajar en equipo. Las orcas emplean técnicas de caza cooperativa en manadas que transmiten de generación en generación, lo que les permite desarrollar estrategias altamente eficaces donde emplean la ecolocalización, generan olas, acorralan a las presas o se quedan varadas intencionalmente. Gracias a estas habilidades, disfrutan de una dieta variada que incluye focas, calamares, tortugas, leones marinos e incluso tiburones. Por esta razón, las orcas son reconocidas como los mayores depredadores del océano. 

¿Es justo llamarlas asesinas? Resulta injusto etiquetarlas de esa manera cuando su comportamiento se limita a alimentarse y sobrevivir en un entorno tan desafiante como lo es el océano. Para los humanos, tampoco deberían representar una preocupación, ya que no formamos parte de su dieta, y no existen registros de ataques de orcas en libertad que hayan provocado la muerte de personas. Sin embargo, sí se han documentado ataques fatales en cautiverio, probablemente como resultado del estrés al que estos animales son sometidos en condiciones artificiales. 

Así que ya lo sabes: las orcas no son ballenas, son majestuosos delfines, y tampoco son asesinas, son grandes depredadores.  

Si tienes mucha, pero mucha suerte, es posible avistarlas de diciembre a marzo en nuestras playas oaxaqueñas.  

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