Por Roberto Villagrán
Un mundo sin arrecifes de coral nos espera. Tan pronto como en dos décadas, los arrecifes de coral podrían convertirse en cementerios submarinos. Los característicos peces de colores, las vistosas langostas, anémonas, pulpos, tortugas y tiburones que habitan y conviven en los arrecifes de coral, serán recuerdos de un océano lleno de diversidad. Estos ecosistemas no están tolerando los cambios químicos derivados de las actividades humanas. El océano se vuelve cada vez más ácido y caliente, combinación perfecta para matar a los corales.
La acidificación de los océanos ocurre porque el carbono liberado a la atmósfera es absorbido y acumulado en las aguas marinas; la capacidad del océano de absorber carbono evita el efecto invernadero generado por los gases, sin embargo, entre más carbono en el agua, menor capacidad para absorberlo; esto quiere decir, menor capacidad de protegernos del calentamiento global provocado por el efecto invernadero.
Más allá de la nostalgia que produce perder al ecosistema más diverso del planeta según los científicos, los arrecifes de coral, las consecuencias están siendo catastróficas para la estabilidad de la sociedad humana.
Aunque los arrecifes de coral cubren sólo el 0.2% de la superficie del océano, estos pequeños ecosistemas resguardan el 25% de las especies marinas. ¿Puedes dimensionar la pérdida? Según la ONU, en diez años han muerto 11 700 kilómetros de corales, esto se refleja en la cadena alimentaria marina. Los arrecifes de coral son base en la alimentación del ecosistema, no obstante, debido a la acidificación del océano que impide que el coral crezca y se desarrolle, se está poniendo en riesgo a todo el ecosistema marino. Hoy hay menos peces en el mar y para 2050 provocaremos la desaparición de todos los corales.
Además de los peces, los moluscos con concha también sufrirán. Las almejas y ostiones, tan importantes para la alimentación y economía humana, difícilmente podrán sobrevivir, ya que las conchas de estos animales son desintegradas por la acidez del océano. Otros animales, como las lobas marinas, suelen consumir enormes cantidades de almejas cuando están embarazadas, ¿Los lobos marinos también se extinguirán?
Por otro lado, algunas algas microscópicas, sí se verán beneficiadas por la acidificación de los océanos; las diatomeas, por ejemplo, crecen mejor bajo estas condiciones. Desgraciadamente, estas algas son capaces de producir toxinas mortales para el ecosistema marino; algunas personas ya han sido intoxicadas por consumir animales que habitaban esas aguas tóxicas y miles de organismos marinos han muerto.
Las consecuencias de la acidificación del océano no se conocen con certeza; muchos investigadores siguen haciendo estudios. Lo que sí se sabe es que el cambio en el océano traerá consecuencias, ¿Cuántas especies podrán tolerarlas? Eso no lo sabemos; tampoco sabemos si los humanos soportaremos los cambios porque, si bien, no vivimos en el mar, toda nuestra sociedad depende del océano y su conservación.