Por Ramón Velásquez Chagoya. Este año, sin duda, ha sido uno de los años que quedarán grabados en la memoria colectiva como un tiempo muy extraño, por decir poco. Nos hemos encontrado con un escenario que, para poder volver a estar juntos en el futuro, en el presente, debemos estar lejos. Nos ha llegado una nueva normalidad, que si bien, en algunas áreas ya se vislumbraban los cambios, en lo general se han roto paradigmas que se creían inamovibles, como es la educación, la forma en la que consumimos o la forma en la que nos relacionamos con los demás.
Somos seres sociales por naturaleza, necesitamos de los demás y los demás de nosotros, este nuevo modelo de lejanía, para muchos, ha significado grandes retos tanto a nivel grupal como a nivel personal. Aunque hemos intentado estar presentes haciendo uso de la tecnología, como las reuniones en zoom, la realidad es que nada suple el contacto humano, uno a uno; pero nuestra normalidad ya es otra y debemos intentar adaptarnos a ella, por lo menos, hasta que podamos reincorporar a nuestra vida ese aspecto social que nos caracteriza. ¿Cómo estar presentes en momentos como estos?
Primero, debemos tener una actitud más receptiva a los nuevos cambios de nuestra nueva vida. Sí, lo normal ahora es tener un bote de gel antibacterial en la bolsa, usar el cubreboca y desinfectarnos cada vez que salimos a la calle; estar presentes es aceptar que esto forma ya parte de nuestra vida diaria. De nada sirve resistirnos a estos cambios por detenernos a pensar en que hasta hace unos meses nada de esto existía. Estar presentes es ser realistas a lo que estamos viviendo todos.
Un segundo aspecto que nos ayudará a estar presentes, es vivir en el ahora; suena sencillo y esta frase nos la han repetido en muchas ocasiones, pero si algo es seguro ahora, es que vivimos tiempos de mucha incertidumbre y justamente, estar pensando en el futuro, nos hace sentir angustia y miedo. La angustia es un exceso de futuro, moderemos nuestras expectativas y enfoquémonos en el hoy y en el ahora. Muchos nos hemos encontrado que, en esta pandemia, hemos desarrollado nuevas habilidades, hemos encontrado un nuevo “hobby” o simplemente hemos podido estar con nuestra familia en tiempos y formas que, de otra manera, no hubiera sido posible.
El tercer aspecto de estar presentes, es desarrollar un mayor sentido de gratitud. Es valorar con nuevos ojos los aspectos que se encuentran en nuestra vida en el ahora. Valorar todo lo que nos hace felices, nos da una noción de bienestar que nos permite sentirnos bien a pesar de las circunstancias que puedan existir a nuestro alrededor. La práctica constante de gratitud nos ayudará a sentirnos más enfocados en los aspectos que nos dan felicidad y, desde un punto más optimista, ver con mayor resiliencia lo que pueda acontecer en el futuro.
Estar presentes nos ayuda a acercarnos más a nosotros mismos y a las personas de nuestro alrededor, nos ayuda a cuidar nuestra salud mental y emocional. No son tiempos fáciles, pero con el enfoque adecuado, podemos encontrar paz a pesar de la incertidumbre.
La felicidad no está en otro lugar sino en este lugar, no en otra hora, sino en esta hora.
Walt Whitman