Por: Elizabeth Castro
El 13 de septiembre, días después del inicio del proceso electoral 2023-2024 en Oaxaca, la consejera Elizabeth Sánchez fue suspendida de su cargo como presidenta del Consejo General del IEEPCO derivado de un procedimiento iniciado por la Contraloría General del instituto; los señalamientos donde se establece que la presidencia no fue capaz de solventar 34 observaciones de las 56 que el órgano interno de control realizó sobre el destino de recursos públicos ha derivado en acusaciones y defensas de ambas partes, llegando a politizar el escenario y atentando contra la credibilidad del instituto.
En esta ocasión, no se trata solo del presunto desvío de 19 millones de pesos dentro del IEEPCO, sino de las diferencias entre el órgano interno de control del IEEPCO y el INE, el cual interpuso un juicio electoral urgente ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en contra de la suspensión de Elizabeth Sánchez como presidenta del IEEPCO.
Mientras tanto, en Oaxaca las bancadas priista y morenista del congreso local, han fijado sus posturas al respecto y mientras la primera ha expresado la necesidad de revisar el actuar de la controlaría por considerar que la suspensión excede sus facultades, la segunda ha solicitado a la Auditoría Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (ASFE) realizar una revisión de las finanzas del IEEPCO.
Y aunque ambas posturas dicen fijarse como objetivo salvaguardar la credibilidad del órgano electoral de cara al proceso electoral de 2024, las vías elegidas para hacerlo difieren en forma y parecen contrariarse; promoviendo las tensiones partidistas, mermando la confianza ciudadana en la institución y levantando sospechas entre unos y otros actores políticos.
La suspensión de Elizabeth Sánchez no es un mero trámite administrativo, el revés que se ha proferido en contra de la consejera es caldo de cultivo para las ambiciones de un gobierno cuya linea parece estar en contra de todo aquel que se oponga a las aspiraciones políticas de la ideología de la actual administración federal, la cual se ha caracterizado por intentar mermar la independencia de los órganos electorales mientras promueven prácticas contrarias a los principios democráticos y las reglas de juego justo entre los partidos políticos.
A MORENA no le interesa salvaguardar la democracia, y en medio de un proceso electoral que promete poner en aprietos al partido del presidente, la pérdida de confianza en el IEEPCO podría derivar en sucesos de mayor alcance que contribuyan a dilapidar lo que ha tardado años en construirse.
No confío en MORENA, su idea de “si la boleta la llenó un joven de la sierra de Guerrero, valdría distinto a una mujer empresaria de Las Lomas” es la receta perfecta para la muerte de la democracia; ya que bajo está lógica que vuelve inoperante el principio de igualdad sobre el que se sustenta el valor del voto y se trastocan los principios sobre los cuales se ha erigido nuestra nación.
Habrá que estar atentas ante las resoluciones del Tribunal y las acciones emprendidas por el INE en contra del órgano de control interno; si en efecto existió un desvío de 19 millones el proceso deberá llegar hasta las últimas consecuencias, entendiendo que una persona no es el instituto y no representa el trabajo que durante años se ha realizado en favor de la vida democrática en Oaxaca; por otro lado si los señalamientos resultan ser acciones para mermar la estabilidad del órgano para beneficiar a unos cuantos, lo ideal sería poder deshacernos del enemigo que vive en casa; porque a veces no hay nada peor que el fuego amigo, y un partido que lo controla todo.