Por: Elizabeth Castro
El 07 de diciembre de 2018 se llevó a cabo la autorización del proyecto para el desarrollo de una refinería en Dos Bocas, Paraíso Tabasco; de acuerdo con la Secretaría de Energía este proyecto tendría un costo de 8,000 millones de dólares y en 2032 aportaría el 16% de la producción petrolífera en el país, convirtiéndose en la tercera refinería con más aportaciones a la industria nacional.
Bajo el discurso de que se vende petróleo barato y se compran petrolíferos caros, la administración federal impulsó el proyecto y en junio de 2019 dieron inicio los trabajos para la construcción de la refinería, esto, pese a que especialistas en la materia no estaban de acuerdo, ya que en 2008, un informe realizado por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) había señalado que las condiciones geográficas y climáticas de Paraíso Tabasco, hacían inviable la construcción de una refinería en dicho lugar, pues el riesgo de inundación era alto; hecho que fue corroborado cuando el 28 de octubre de 2019 la zona de construcción se inundó por primera vez.
En este mismo año, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó una investigación en la que concluyó que sólo existe un 3% de probabilidades de que el proyecto sea viable y genere valor para Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Por otra parte, en 2021, los trabajos realizados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a Dos Bocas, mostraron que el proyecto tiene deficiencias tanto en el diseño como en la implementación, y es que los cálculos realizados por la Secretaría de Energía (SENER) para justificar el proyecto, utilizaron sobreestimaciones respecto de la oferta y demanda de combustibles; además, el análisis excluyó montos de depreciaciones, amortizaciones e impuestos y, por si fuera poco, datos de PEMEX muestran que entre 2010 y 2019 hubo una reducción del 27.5% en la producción de petróleo crudo en México, el cual es una materia prima de las refinerías.
Dos Bocas había sido concebido bajo supuestos sin fundamento y con vicios en el diseño que sólo mostraban que el proyecto era político y carecía de los estudios técnicos fiables que permitieran garantizar la viabilidad de la obra; por si fuera poco, en 2020 el monto de inversión fue actualizado llegando a los 8,900 millones de dólares, cifra que se incrementaría con el paso de los años y que, de acuerdo con Bloomberg, habría alcanzado los 14,000 mdd en mayo de 2022.
Aunque el dato puede parecer alarmante, en 2020 la ASF ya había señalado que, debido a los errores en el diseño y los riesgos no estimados en el proyecto, la inversión inicial podría incrementarse hasta un 50% sobre la proyección inicial.
Ante las críticas, y después de que el 22 de junio de 2022 Bloomberg publicara una nota sobre el nuevo costo, Andrés Manuel declaró que los datos eran exagerados, pero que sí habría un incremento, aunque sólo sería del 20 o 30%. Lo preocupante de esta declaración es que nos hace inferir que la construcción de Dos Bocas está generando un daño al erario que, por el momento, puede ser incalculable.
El presidente quiere una refinería, cree fervientemente que producir derivados del petróleo es algo sencillo siempre que contemos con la materia prima; sin embargo, olvida que PEMEX es una empresa que hace años dejó de ser productiva, ya que de acuerdo con datos financieros, desde 2013, la petrolera ha tenido pérdidas que no ha podido subsanar, además en 2021, su deuda representó el 8.6% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Por otra parte, tanto la SENER como Andrés, han ignorado el hecho de que en los últimos años en América Latina y Estados Unidos, varios proyectos de refinación han sido cancelados, debido a que se busca mejorar la rentabilidad de las petroleras.
En el discurso, hablar de soberanía e independencia energética, suena muy bien, y hasta parece un sueño por el cual la nación debe luchar; sin embargo, la práctica es más compleja y requiere de un diseño y planeación adecuados; no se pueden erogar 14,000 mdd por el sueño de un hombre, estos no son los tiempos de López Portillo, no tenemos reservas infinitas. Vivimos en un mundo asolado por la crisis sanitaria y financiera, un mundo globalizado, donde la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha estimado crecimientos de una cifra en la demanda mundial de hidrocarburos.
Si Andrés en verdad quiere mejorar la industria de hidrocarburos en México, debería empezar por mejorar la producción de las refinerías existentes, las cuales nunca han operado a más del 65% de su capacidad; también podría optar por revisar PEMEX para que transitara hacia una empresa eficiente y realmente productiva.
Se dice que soñar no cuesta nada, pero Dos Bocas nos está costando y puede que nos cueste más; pero qué más da, lo importante es que Andrés tenga algo en su estado.
Pero usted no se preocupe, disfrute este mes y acompañe a Alejandro en su última Guelaguetza, con suerte ya aprendió a bailar una marmota.