El orgullo LGBT+ visto desde el enfoque del respeto y el entendimiento

Por: Manuel Guzmán García

Son los momentos definitorios en la humanidad, ya que de estos depende la vida y supervivencia respetuosa y armónica entre todos, para entender y comprender así las causas y los efectos de las formas de pensar, de idealizar, de fundamentar, de actuar y de decidir por parte de cada persona. 

Por centurias, como seres pensantes, hemos sido objeto de infinidad de  influencias por parte de la familia y de la religión, principalmente, para normar nuestros criterios y afinar los temperamentos en asuntos estrictamente personales que, por muchas razones, la falta de información entre ellos, desesperan y hasta angustian a quienes no han querido, o peor aún, no se han dado a la tarea de escuchar y estudiar las razones, sentimientos y las preferencias de quienes piensan son diferentes por no coincidir en la heterosexualidad; es decir, por no sentir la atracción sexual hacia otra persona de sexo distinto al suyo. 

Me parece que nos ha faltado ser libres, porque de serlo realmente, no existirían minorías, más si se trata de comprender por qué y ahora en lo referente a la ideología, sentimientos, determinaciones y ser lo que sexualmente se quiera ser, de ahí lo importante de acercarse a las situaciones que viven día a día las personas LGBTI+; si así lo hacemos, nos daremos cuenta que ante la indiferencia hacia ellos, nos erigimos como privilegiados por ser heteronormados, vista la heteronormatividad como el régimen social, político y económico impuesto por el patriarcado que nos ciega ante otras realidades, de ahí lo interesante de  reflexionar, qué es lo que se ha querido imponer rudamente durante tanto tiempo a las personas, por el sólo hecho de vivir en sociedad; bajo esa condición, entenderemos que la diversidad sexual, sin mayor preámbulo, hace referencia a la posibilidad que tiene un individuo de vivir su orientación sexual e identidad de género de una manera abierta, libre y responsable la cual, sin duda, merece irrestricto respeto.

Por lo tanto, deben establecerse ya y de manera pronta por parte de los gobiernos, políticas públicas bien definidas y perfectamente direccionadas de concientización individual y colectiva para terminar con la homofobia y con cualquier tipo de violencia en contra de este actuante sector social; al observarse este asunto con cabalidad  sabremos que siempre será mucho mejor vivir dentro de una sana y armónica convivencia social, sobre todo, si analizamos el pretérito para comprender el presente nos daremos cuenta que, en un momento de la historia, la homosexualidad, fue aceptada entre los maestros y sus discípulos en la cultura griega, y ya para la transexualidad, eran consideradas deidades, por tener los dos géneros en culturas ancestrales; desafortunadamente, en la actualidad, ha habido un cambio social muy significativo en contra de la ahora llamada Diversidad Sexual, misma que se  ha visto inmersa en una exclusion y marginación latente muy marcada que ha mermado los derechos de esta comunidad, razón de peso para trabajar unidos en un ambiente de comprensión y respeto mutuo dentro de la maquinaria social para que esta permita liberar estigmas y perjuicios a fin de generar sanos entendimientos que coadyuven en el desarrollo y avance de las identidades de género, expresiones de género y orientación sexual. 

Para muchos, pareciera muy difícil verlo desde esta óptica por motivos de formación individual, debiéndose empezar por saber que LGBT o LGTB son las siglas compuestas por las iniciales de las palabras Lesbianas, Gays, ​ Bisexuales y Transexuales en sentido estricto; agrupa a las personas con las orientaciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras, así como las comunidades formadas por ellas, desde luego que se han venido sumando más letras ampliando las siglas, las acciones y las tendencias derivadas de los propios descubrimientos que detectan los individuos en su persistente afán de definir sus propias preferencias y hasta innovar en ellas; es aquí donde valdría la pena una profunda interpretación de la teoría de la evolución de Darwin, ya que, según él, los rasgos que ayudan a una especie a sobrevivir, pasan a nuevas generaciones (representada en la genética de poblaciones), mientras que las diferentes especies que no se adaptan a este cambio gradual, desaparecen con él; al parecer, existen ya hechos y circunstancias que están llegando para quedarse, o cuando menos, para permanecer un tiempo considerable mientras no sean suplidas por otras corrientes de carácter multidiciplinario que varíe conceptos y preceptos de lo ya existente para redefinir o bien para fortalecer; lo que es bien cierto, es que en una inmensa mayoría sigue pensando que sólo por definición existen hembras y machos (hombres y mujeres) y que lo demás es estructura fuera de toda naturaleza y moral; por tal razón, habría que recapitular lo expresado tambien por Charles Darwin cuándo propuso la teoría de la evolución biológica por selección natural, Darwin definió la evolución como «descendencia con modificación», la idea de que las especies cambian a lo largo del tiempo, dan origen a nuevas especies y comparten un ancestro común, por lo visto es y será aún más complicada la voluntad de aceptación socialmente definitiva.

Mientras tanto, vale la pena referir que fue en 1979 cuando se presentaron en México los primeros movimientos y marchas de lo que en la actualidad se conoce como el Orgullo LGBT+, esto a raíz de la conmemoración de los diez años del movimiento estudiantil del 68, por lo que ese hecho, la contracultura, la nueva izquierda, el tercermundismo, la revolución cubana y el movimiento de revolución homosexual argentino, fueron los que influyeron en nuestro país, así lo expuso Martín H. González, historiador y maestro en Estudios de género por El Colegio de México en su conferencia «El orgullo en México hacia una historia local, regional y global», convocada por la Comisión de género, Diversidad e Inclusión de la División de Ciencias Sociales.

Las principales conquistas del movimiento LGBTI se han concentrado en la capital de México, un espacio reconocido por el progresivo reconocimiento de los derechos reproductivos y de diversidad sexual en el mundo, y pionero en la institucionalización de la unión civil de parejas del mismo sexo en 2007 y del matrimonio igualitario en el 2009, y otro más, como el del otorgamiento de espacios laborales sin impedimento alguno por la preferencia sexual. Es imperativo que ante estas, ya no tan nuevas expresiones sociales, se fortalezca la cultura de respeto de los derechos humanos, los acuerdos mutuos y ya nunca más unilaterales, la tolerancia pero sobre todo, el reconocimiento que como seres humanos merecen todos los que constituyen la Diversidad Sexual en su más amplia concepción y en constante lucha por lograr día con día la incorporación de personas afines con deseos de hacer expansiva toda la sabiduría de las preferencias para romper cercos de ignorancia, de maledicencia, de escarnio y de odio, nunca más un país homofóbico, ahora más que nunca, requerimos de una sociedad comprometida con el derecho y la justicia, y justo es precisamente, el respeto a la comunidad LGBT+. 

Hagamos patria siendo congruentes con la evolución ideológica de las personas, humanizando nuestros puntos de vista, por más controversiales que puedan ser. En conclusión, quien se quiere así mismo, querrá a los demás; o cuando menos, los respetará y esto es parte de la esencia misma de la humanidad… Es cuánto…

Tte. y Dr. Manuel Guzmán García 

Comisionado Presidente de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas Capítulo Oaxaca.

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