Por Roberto Villagrán. El lenguaje inclusivo ha ganado fama, pero las ideologías no han dejado ver el verdadero problema que gira en torno al idioma que usamos. Su uso es ineficiente cuando buscamos referirnos a un grupo de personas donde se agrupan femeninos y masculinos. El idioma nos limita gramaticalmente a sólo suponer el género, lo que se vuelve una desventaja para el hablante; este problema se identifica en artículos, sustantivos y adjetivos que poseen ambos géneros gramaticales, pero que, por ineficiencia y mal uso, se decide escribir en masculino.
Un ejemplo de artículos:
“Todos son felices”; el idioma impide saber los géneros que agrupa la palabra “Todos”; si no se tiene contexto, como hablante debes entender que es un grupo de masculinos o bien, intuir que tal vez, también se esté hablando de femeninas. Por esto, se propone integrar la opción “e”, para referirse a femeninos y masculinos o para expresar que no se conoce el género en cuestión (“Todes”, “Elles”).
Un ejemplo de sustantivos:
“Viene un grupo de maestros”; nuevamente el idioma nos limita en la información; se interpreta como un grupo de masculinos o intuir que podría estarse hablando de masculinos y femeninos; es la misma situación que antes, sólo que en esta ocasión la deficiencia se encuentra en el sustantivo. Se propone modificar los sustantivos a “maestres”.
Un ejemplo de adjetivos:
“Están delgados”; mismo caso que el anterior; aquí la propuesta sería “delgades”, para identificar que se habla de femenino y masculino.
Por otro lado, palabras como “esposos” o “novios” es otra limitante; en nuestros tiempos las relaciones afectivas varían, por lo que esas palabras dan a suponer una relación entre hombres, por lo que se detecta otra ineficiencia. Es importante adaptar estas palabras.
Es importante resaltar que verbos (estar= Nosotres estamos), sustantivos que no poseen ambos géneros gramaticales (artista, astronauta) u objetos, no se requieren modificar.
La Real Academia Española rechaza y tacha de inútil la adaptación, justificándose en el uso del masculino como inclusivo, optando por la ambigüedad en las oraciones, pero sí ha aceptado la integración o modificación de otras palabras en lenguaje. Recientemente en el medio digital se validó el uso de “XD”.
El uso frecuente de nuevas palabras, orilla a la RAE a poner atención en ellas. Como hablante, la mejor opción que tenemos es reconocer el problema y adaptar las palabras.
“Los idiomas no son estáticos. Si no hubiera evolución ni variedades lingüísticas, todos seguiríamos hablando latín.” Doctora en lingüística Andreina Adelstein.
Todas las nuevas palabras suenan extraño al principio. Es tiempo de entendernos mejor hablando español. Hagamos más eficiente a nuestro idioma.