Por: Ana Edith Ortiz Martínez
¡Hola a todas y a todos! Dedico estos primeros párrafos a cada persona que me lee en este momento, decirles primero que me emociona compartirles sobre mi trayectoria profesional, un poquito de recuerdos, experiencias personales y sobre una causa histórica que me ha llevado a especializarme y a realizar lo que hoy en día realizo.
Me presento con ustedes, soy originaria del estado de Oaxaca con ascendencia en la región Sierra Norte, Juárez y Mixe específicamente, tengo cuarenta años de edad al día de hoy y soy madre autónoma de un par de adolescencias, Damián de catorce años y Sonia de trece años, crío también a un lindo cachorro mini schnauzer llamado Duque; mi padre es Carlos Gustavo Ortiz Reyes y mi madre fue Edith Ana Martínez Alarcón, ella mora en un plano energético no terrenal desde hace dieciséis años, ambos dedicados a la medicina especializada en anestesiología y pediatría, respectivamente; tengo un hermano llamado Carlos Ernesto; mi familia es mi inspiración poderosa de cada mañana.
Me gusta mucho ver películas de acción, disfruto de los conciertos de cuerdas y percusiones, amo los caballos y comer helado de chocolate. La constancia, la disciplina y la fortaleza en Dios son mi clave del éxito. Para compartirles sobre mi formación académica, quiero comenzar escribiendo que, el motivo y la causa que me apasionan cada mañana al despertar es: vivir una vida libre de violencias.
Cuando mi madre murió yo tenía veinticuatro años de edad, en ese momento no tenía la menor idea de lo que quería, lo único que sí sabía con exactitud era lo que yo no quería en mi vida; y aquello que me preguntaba constantemente solía ser: “si una forma diferente para continuar con mi manera de vivir podía ser posible”, pensaba en una nueva manera de reescribir mi historia sin tanto formalismo y peso estructural, aún no sabía que se llamaban estereotipos de género, desconocía que existía un orden social patriarcal que determinaba la manera en que las personas deberían actuar dentro de una comunidad, dentro de una familia, dentro de un estado. Desconocía que era importante y saludable decidir desde mí misma.
¿Qué sigue?, ¿a dónde voy?, ¿sola?, ¿con quién? y ¿para qué?, eran mis preguntas favoritas en ese momento de mi vida, pensaba que lo sucedido había sido solamente un sueño y que al despertar todo seguiría siendo igual, lo que yo no sabía es que se trataba del despertar de mi consciencia, de mi deconstrucción para llegar a un nuevo entendimiento de mi ser y al descubrimiento de lo que hoy en día amo hacer, mi propósito de vida: servir, servir a mi estado con una especialización en Derechos Humanos de las mujeres, con perspectiva de género e interseccionalidad.
Entonces comencé a trabajar en instituciones públicas gubernamentales y como referente, les comparto acerca de las herramientas técnico – jurídicas con las que cuento para desempeñarme como Licenciada en Derecho con maestría en Derecho Procesal Penal y Nuevo Sistema Acusatorio Penal Adversarial; soy diplomada en Estudios sobre las Mujeres, Género, Feminismos y Descolonización, lo que hizo confirmar y reforzar mi interés para comenzar a especializarme en temas de género, de práctica jurídica con perspectiva de género e interculturalidad y en violencia sexual contra las mujeres; igualmente, estoy diplomada en Atención y Prevención de Casos de Hostigamiento y Acoso Sexual, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE); en el año 2017 fui ponente en las Mesas de Debate “Retos y Perspectivas del Sistema Acusatorio Adversarial en el Estado” en la Casa de la Cultura Jurídica del Poder Judicial de la Federación en el estado de Oaxaca, también fui ponente en el ciclo de conferencias “Las Mujeres en la Política” en el Municipio de Santa Lucía del Camino, Oaxaca, en julio de 2016; en ese mismo año, fui participante en el “Encuentro de Mujeres en el Poder” en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; al inicio de este año, tomé un seminario Online organizado por la Plataforma de Formación Feminicidio.net acerca de la violencia sexual, particularmente sobre los vínculos entre la prostitución y la pornografía, fue impartido por Rosa Cobo Bedia, una gran teórica, investigadora y escritora feminista española; entre otras actividades académicas, culturales y sociales.
Tengo dieciséis años de experiencia en el servicio público estatal y federal, y siete años de especialización en género, mi trayectoria comenzó así: en el Instituto Estatal de Educación Pública del Estado de Oaxaca, en la Procuraduría Estatal de Protección a los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Oaxaca, en el Tribunal Colegiado Especializado en Materias Civil y Administrativa del Décimo Tercer Circuito del Poder Judicial Federal y en el Tribunal Colegiado Especializado en Materias Penal y Administrativa del Décimo Tercer Circuito del Poder Judicial Federal, ambos en el estado de Oaxaca; recientemente, en la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca como asesora de la Titular y Jefa de la Unidad Jurídica, y en el Honorable Congreso del Estado de Oaxaca en la Comisión de Mujeres e Igualdad de Género; actualmente, soy miembro activa del Business Network International (BNI), Red de Negocios Mundial desde octubre de 2023, en donde promuevo mis servicios profesionales Independientes especializados en violencias de género en contra de las mujeres, con perspectiva de género y con enfoque de Derechos Humanos e interseccionalidad, particularmente en atención y prevención de casos de hostigamiento y acoso sexual y/o laboral.
La causa histórica que me hace seguir aprendiendo y poner al servicio de ustedes mis habilidades y conocimientos, es aquella que iniciaron mis ancestras, aquellas que decidieron estudiar cuando para las mujeres eso era imposible, aquellas que decidieron no gestar cuando las decisiones de la reproducción humana en sus cuerpos era incuestionable, aquellas que alzaron la voz cuando sonaba en sus mentes el “calladita te ves más bonita”, aquellas que no cocinaron cuando el mundo de una mujer se reducía a la exclusividad culinaria, aquellas que ejercieron un liderazgo y que fueron tildadas de neuróticas, inadaptadas y gritonas, aquellas que dieron la vida para que otras continuaran y pudiéramos tener acceso a todo lo que pudo haber parecido inalcanzable, hegemónico y masculino.
Termino con esta frase de la gran Irene Vallejo: “Escribo porque no sé coser, ni hacer punto; nunca aprendí a bordar, pero me fascina la delicada urdimbre de las palabras. Me siento heredera de esas mujeres que desde siempre han tejido y destejido historias. Escribo para que no se rompa el viejo hilo de voz”.
¡Les escribo pronto!
Ana Edith Ortiz Martínez
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