Por Elizabeth Castro
Son momentos de tensión en el PRI, a nivel nacional, las críticas en contra de su dirigente no cesan, Ochoa Reza no ha sabido conducir el proceso electoral y su falta de estrategia ha contribuido a debilitar al partido. Lo mismo sucede en Oaxaca, donde la falta de acuerdos y decisiones ha transformado al revolucionario institucional en un remedo del PRI de antaño.
No hay cuadros, no hay candidatos, no hay ganas de contender, no hay estrategia, no hay cohesión y la falta de sensibilidad ha sumido al partido en un estado de aletargamiento del cual, parece, no quiere salir.
¿En qué confía el PRI? ¿En Meade? Un candidato gris que no ha logrado repuntar en las encuestas. ¿En Ochoa? Un hombre que no toma decisiones porque la posición se la debe a alguien. ¿En Murat? Un político que siempre logra sorprendernos, pero cuyo hijo, al parecer, no heredó sus talentos. ¿En la ventaja que le otorgan el ser gobierno federal y estatal? Gobiernos que han sido duramente criticados, aunque los amigos de Alejandro insistan en defenderlo.
¿Quiénes confían en el PRI? ¿Sus jóvenes? ¿Sus mujeres? ¿Las bases? Si el PRI diera lugar a la autocrítica, ¿Qué se reclamaría? ¿Qué le reclamaría al Presidente? ¿Qué le diría a Ochoa? ¿A Alejandro Murat?
Hace algunas semanas corría el rumor de que Héctor Pablo abandonaría las filas del PRI para buscar una candidatura al senado por otro partido. Al final, HP se queda en el PRI pero deja Liconsa.
Sin embargo, “el rumor”, deja mucho que pensar, por un momento el mensaje fue claro “no quieren cumplir sus compromisos con Héctor Pablo”. Recordemos que Puga Leyva fue el único “aspirante” a la candidatura de 2016, que se hizo a un lado y permitió la llegada de Alejandro Murat sin armar revuelos, “se alineó”. Nos guste admitirlo o no, HP ha sido de los pocos políticos oaxaqueños que han sabido aprovechar su posición, ha trabajado y recorrido una parte significativa de la entidad.
Y de la nada, parecen hacerlo a un lado. Si esto le hacen a Héctor Pablo, ¿Qué pueden esperar los demás?, ¿Qué pueden esperar los militantes, las bases, los que trabajan en espacios pequeños mientras sueñan con llegar? ¿Quiénes serán los candidatos al senado? ¿El PRI apuesta a perder? ¿A ganar perdiendo?
El PRI no ha trabajado en los últimos años en Oaxaca, después de la elección de 2016, se durmió en sus laureles. Por ello, no es de extrañar que, el revolucionario institucional, no posea cuadros fuertes para la contienda de 2018; además, los pocos con los que cuenta, no alcanzan para cubrir todas las posiciones que deberán ocuparse durante el proceso electoral y, de las mujeres, ni hablamos.
Al PRI le quedan unos cuantos meses por delante antes de tener que definir a los candidatos y candidatas; sin embargo, parece no estar preparado para ello. El partido se ha debilitado a causa de las decisiones erráticas y autoritarias que han desconcertado a las bases. Si bien, la autocrítica no es su fuerte, los priistas susurran que la dirigencia federal y estatal, está mermando las opciones de ganar la contienda.
Sin candidatos fuertes, sin dirigencias reales y legítimas, la construcción de acuerdos se convertirá en un imposible y, todo, como hasta ahora, habrá de realizarse a base de imposiciones y golpes en la mesa.
¿Qué esperan los priistas? ¿Tienen esperanzas?
Estimado priista, ¿En quién cree usted? ¿A quién le cree?