Por: Uriel de Jesús Santiago Velasco
Alguna vez, escuchando un audiolibro se me quedó grabada la frase: “Cuando el alumno está listo el universo se encarga de poner enfrente al maestro” y me afiancé a esa idea, creo que de alguna manera atraemos cosas y situaciones a nuestras vidas, sin embargo, esto a veces choca con otras ideas y realidades que vivimos en el cotidiano como seres humanos.
A pesar de que la inmensa mayoría conocemos, por lo menos vagamente de este poder o capacidad de transformar nuestro existir, pocas veces realmente logramos surfear entre los problemas y la crisis. Sabemos que “hay que pensar en positivo y ser optimistas” pero muchas veces, es lo último que hacemos, nos gana la teatralidad y nos creemos absorbidos por “malas rachas” y, aunque suene redundante, sabemos que vivimos porque cumplimos con las funciones biológicas para ello, porque realmente aprender el oficio de vivir es todo un reto que vamos entendiendo con el tiempo.
Oficialmente, desde mitades del siglo XIX, el mundo de la mercadotecnia ha intentado ayudarnos a ello, con los famosos “libros de autoayuda” y, a finales del siglo XX, con el “coaching”, ambos, aunque tienen sus orígenes en ideas de la filosofía clásica, han tomado fuerza propia y hoy en día tienen un mercado especializado en ello.
En México, la editorial VR es una de las principales distribuidoras de este género característico por lograr casi siempre best seller. Recientemente, me hicieron llegar: El hombre más rico del mundo (2021) de Rafael Vídac que tuvo gran recibimiento en nuestro país luego de muchas ediciones en España.
El libro cuenta la historia de Nicolás, quien se encuentra en la peor crisis financiera y social a la que se ha enfrentado, no tiene trabajo y está lleno de heridas emocionales del pasado. Ya sin nada que perder y al borde de todo, recibe una invitación para trabajar con Daniel Wheelock un exitoso empresario que le pide como único requisito, que lo acompañe en un extraño proceso de transformación; él acepta y comienza a aprender de la mano de su nuevo jefe, que a través de un método psico-corporal y una serie de experiencias y lecciones, aprende a recuperar las riendas de su vida; explotando los potenciales de su propia mente. Al acercarme al libro y leer los eslóganes, no pude evitar pensar en, hasta qué punto, estos libros funcionan o son mercadotecnia; y en si son realmente necesarios. Después de recorrer sus páginas con cierta resistencia, apatía y por momentos gusto, concluí que cada uno se enfrenta a sus propios procesos, materiales como este, son herramientas que dependen de nuestro nivel de adaptación, apertura o deseo de aprendizaje, nos serán o no útiles, eso sí, todo aporta, así que finalmente recuerdo otra frase que dice: “La grandeza de los hombres son como los océanos, se nutren de varias corrientes”.
