Por: Romina Silva y Roberto Villagrán Torres
México posee más de 11,000 kilómetros de costas y alberga una biodiversidad marina rica en flora y fauna. No obstante, nuestras costumbres consumistas han desequilibrado el ecosistema marino debido a su explotación y mal manejo. Ante estos retos, la biotecnología marina surge como una solución prometedora para restaurar y conservar nuestros recursos marinos.
La biotecnología azul se refiere al aprovechamiento de los recursos marinos, como las olas, corrientes, animales, plantas, algas, metabolitos secundarios, entre otros derivados biológicos, con el fin de generar bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas, obedeciendo los principios del aprovechamiento sustentable. Esto incluye, desde la producción de alimentos hasta el desarrollo de bioproductos y biocombustibles.
Mediante la biotecnología azul, es posible generar áreas de oportunidad de desarrollo sustentable entre las comunidades, en especial, las que están establecidas junto a los océanos. Por ejemplo, en México, existen proyectos académicos y empresariales que están innovando en el rubro, como los desarrollados a partir de microalgas para producir biodiésel; o proyectos donde las protagonistas son las macroalgas marinas, organismos llamativos para el cultivo, por ser una fuente valiosa de nutrientes y de sustancias químicas útiles en la industria alimentaria y farmacéutica.
No obstante, el desarrollo de la biotecnología azul en México se ha visto rezagada por distintos factores. Desde el factor académico, los programas de estudios especializados en dicho rubro limitan la formación de expertos, lo que, a su vez, propicia la fuga de cerebros; desde el factor gubernamental, la escasez de políticas que promuevan la investigación y la conservación de nuestros recursos marinos obstaculiza el progreso; y, desde el factor social, es poca la población que ha escuchado sobre la biotecnología marina y su potencial para contribuir con el bienestar del planeta.
La buena noticia es que ahora somos más los ciudadanos que reconocemos la importancia de proteger nuestros océanos. No obstante, para profundizar en la conservación, es importante informarse sobre la salud del ecosistema marino más cercano a tu comunidad y las iniciativas que se llevan a cabo desde la biotecnología azul. Por otro lado, es útil estar al tanto de las organizaciones nacionales e internacionales que difunden los avances de la biotecnología azul, así como intentar participar en talleres, conferencias y dinámicas de divulgación científica impartidas por organizaciones ambientalistas o universidades. Por último, debemos optar por un consumo responsable de los productos del mar y unirnos a actividades de conservación, como las limpiezas de playas o reforestación de manglares. Entre todos, es posible disminuir la crisis ambiental que estamos viviendo.