Por: Estefanía Silva
En la vasta diversidad gastronómica de México, Oaxaca destaca como uno de los epicentros culinarios más ricos y auténticos. En las festividades patrias, los antojitos son protagonistas indiscutibles. Para una noche mexicana inolvidable, nada mejor que saborear la esencia de la cocina oaxaqueña, acompañada de un buen mezcal, que armoniza perfectamente con los sabores únicos del estado. Aquí te presentamos una lista de antojitos para compartir con familiares y amigos.
Tlayudas
Estas enormes tortillas de maíz, untadas con asiento (manteca de cerdo) y frijoles refritos, se sirven con tasajo, cecina o chorizo, y se acompañan con quesillo, aguacate y salsa. Perfectas para compartir. Las tlayudas se pueden asar a la parrilla para darle ese toque ahumado que tanto caracteriza a la cocina oaxaqueña.
Memelas
Pequeñas y deliciosas, las memelas son tortillas gruesas de maíz, untadas con frijoles, asiento y cubiertas con quesillo, salsa y algún guiso, como chorizo o tasajo. Son ideales como entrada o para acompañar otros antojitos más grandes.
Chapulines
Para los más aventureros, los chapulines son la botana perfecta. Estos pequeños insectos, sazonados con chile, limón y sal de gusano, ofrecen una experiencia crujiente y llena de sabor. Se pueden servir como aperitivo o para acompañar un buen mezcal, haciendo una pareja insuperable.
Molotes
El molote oaxaqueño es un bocadillo de maíz relleno, que puede contener papas con chorizo. Fritos hasta quedar dorados y crujientes, se sirven con crema, queso fresco y una salsa picante que contrasta perfectamente con su interior suave.
Empanadas de amarillo
Estas empanadas rellenas de mole amarillo y pollo, son una muestra clara de la diversidad de moles en Oaxaca. La masa se cuece en comal, dando una textura suave y ligeramente crujiente que se fusiona perfectamente con el mole. Son una opción excelente para aquellos que buscan algo diferente pero igual de tradicional.
Chiles de agua
Este chile, propio de la región de los Valles Centrales, es relleno de picadillo de res o cerdo, y se sirve generalmente con frijoles refritos y tortillas. Su sabor picante es equilibrado, y su textura, suave y jugosa, hacen de los chiles de agua un antojito especial para quienes disfrutan de la comida con un toque de intensidad.
Mezcal
No podemos hablar de una noche mexicana sin mencionar al compañero perfecto de los antojitos oaxaqueños: el mezcal. Esta bebida ancestral, hecha a base de maguey es una expresión pura de la tierra oaxaqueña. Desde el espadín hasta el tobalá, cada sorbo de mezcal es una invitación a disfrutar la esencia de Oaxaca. Un buen mezcal ahumado equilibra los sabores complejos y picantes de los antojitos, haciendo que la experiencia gastronómica sea redonda y memorable.
Para cerrar esta noche mexicana con broche de oro, no olvides el toque dulce con un postre tradicional, como un tamal de dulce o unas deliciosas nieves de leche quemada. Y recuerda, lo importante en una noche mexicana es compartir, celebrar y disfrutar de la riqueza gastronómica que Oaxaca tiene para ofrecer.