Por: Elizabeth Castro
Cuando Genaro García Luna fue detenido por sus presuntos nexos con el narcotráfico; MORENA y sus aliados no tardaron en señalar la complicidad entre el exsecretario y Felipe Calderón, uno de los enemigos favoritos del gobierno cuatro teísta. Las declaraciones y dichos son incontables, la historia parecía darles la razón, los panistas eran criminales, ¿cómo era posible que un presidente no supiera que su secretario de seguridad tenía nexos con el crimen organizado?
Y como si se tratara de un chiste, seis años después la pregunta es: ¿Cómo es posible que un gobernador no supiera que su secretario de seguridad era el líder de un grupo criminal? La polémica desatada por la noticia de que Hernán Bermúdez, ex secretario de seguridad de Tabasco durante el gobierno de Adán Augusto López, lidera un grupo criminal que incluso incursionó en el huachicol, ha cimbrado al gobierno de Claudia Sheinbaum.
La presidenta ha tenido que declarar que confía en el ahora senador y que, a diferencia de gobiernos anteriores, el suyo investiga y acciona para detener a los culpables; incluso dijo que no se ha abierto una investigación en contra Adán Augusto, y que la presunción de inocencia persiste.
¿El senador? Él se mantiene impasible desde su curul donde la bancada morenista muestra su apoyo a uno de los hombres más cercanos al ex presidente, sin embargo, la duda persiste y la ironía es palpable, los que tanto criticaron la cercanía de Calderón con García Luna hoy declaran que Adán Augusto es inocente; todo esto mientras la Secretaría de Seguridad perseguía y arrestaba a líderes de la organización criminal,
El espectáculo fue perfectamente orquestado, el zar de la seguridad anunció la detención y con eso “se demostró” que este gobierno es diferente; y así el gobierno intentó tapar el sol con un dedo, pero la duda persiste… ¿en verdad creemos que Adán no sabía nada?
Si MORENA quisiese deshacerse del crimen empezaría en casa, con los gobernadores, con los militantes, con los secretarios, con el senador, pero los pactos pueden más, la carrera política pesa más. En un país negacionista, ¿qué más da solapar?, si la presunción de inocencia es solo una frase que el gobierno utiliza a conveniencia, útil cuando se trata de ellos, inexistente cuando se trata de un ciudadano.
Y mientras Adán se pasea tranquilo, una mujer murió “de un infarto” provocado por la tortura a la que fue sometida por el crimen organizado, no fue asesinada y así la estadística del país de los otros datos no se vio afectada.
