MEDITACIÓN

MEDITACIÓN

El camino al despertar de la conciencia

Rosa Ma. Ortíz Prado

 

Todos hemos leído o escuchado hablar de la meditación y, hasta hace algunos años, era considerada, privilegio de unos cuantos. Filosofías un tanto secretas y, en la época actual caótica, tecnologizada, robotizada, inundada de alimentos chatarra, de contaminantes, con una aguda pérdida de valores, etc., justo en este momento histórico, ha sido liberado el secreto para poder hacer accesible nuestro autoconocimiento, para aquellos que tengan oídos para escuchar, ojos para ver y corazón para dar una respuesta.

 

De acuerdo con las filosofías que apoyan la meditación, se constituyen en tres principios fundamentales que son:

 

1.-Que el espíritu verdaderamente existe

2.- Que el espíritu se encuentra en nuestro interior, no fuera sino dentro de nosotros

3.- Que el camino a ese yo interior es a través de la meditación

 

¿Qué queremos decir con yo interior? Queremos decir entrar en contacto con nuestro secreto fundamental, descubrir quiénes y qué somos verdaderamente en lo más profundo, pero también, en lo más iluminado de nosotros, en lo más sublime. Como han dicho los grandes avatares de la historia, la parte más profunda de nosotros se entrelaza y se hace uno con el espíritu del universo, con la gran mente, con la divinidad que mira a través de nuestros ojos.

 

La meditación es uno de los caminos para descubrir esa verdad, una manera de tomar conciencia de una realidad omnipresente, de honrarnos con nuestra capacidad de entender le eternidad, la muerte, la inmortalidad, brindándonos la liberación de la esclavitud con el encuentro de nuestra libertad. Cuando meditamos, entramos en contacto con un profundo misterio, con una gran puerta que se abre a una realidad profunda y nuestra, pero a la que pasamos inadvertida, tanto que a veces, transcurre en nuestra vida sin que sepamos nada al respecto o que simplemente no nos importa, no escuchamos el llamado, no nos damos cuenta de los signos.

 

Hasta que entramos en momentos de quiebre, en momentos profundamente difíciles de nuestra vida, cuando estamos llenos de desesperación y buscamos alguna salida sin creer encontrarla, tropezamos con la meditación. Ahí, descubrimos su extraordinario poder oculto, convirtiéndose en el camino que nos conduce a un mundo mucho más profundo y más hermoso, resolutivo y lleno de fines.

 

La meditación es el camino que nos conduce al conocimiento de nuestro yo interno, al mismo tiempo, es el camino que nos conduce a los misterios del universo a donde nuestra sabiduría interna nos guía para encontrar la clave de nuestra existencia; de repente, ninguna palabra parece alcanzar para describir la meditación. Para los creyentes, podría ser el completo conocimiento de Dios y, aunque pudiera parecer una mentira, la  meditación puede, literalmente, salvar nuestra vida.

 

Existen muchas prácticas o muchas técnicas que nos llevan a emprender y desarrollar nuestro propio viaje; el descubrimiento del conocimiento intuitivo es el que está guardado en nuestras células, en nuestro ADN, en nuestro RNA, desde y a lo largo de los 10,000 años de evolución de nosotros como seres humanos.

 

Cuando padecemos la oscuridad de nuestra propia alma, nadie puede darse cuenta desde el exterior, que tenemos una coraza de “normalidad”; podemos ejercer un rol competente, amoroso, responsable y comprometido, teniendo y cuidando a nuestros hijos, ejerciendo nuestro trabajo o teniendo un matrimonio, amigos, diversiones, conocimiento, estudio; aparentemente, lo podemos tener todo y, al mismo tiempo, podemos sentir un profundo abismo interior en donde no vemos la salida pero que sabemos que muy, muy, muy arriba, está la luz, aunque no sepamos qué hacer para alcanzarla.

 

Vivimos en un mundo material plagado de hechos, de justicia y de injusticia social, de valores y no valores, incluso, de la compasión o de lo que entendemos por amor pero, profundamente ausente de misticismo. A veces, un poco jugando o un poco en serio, nos damos la oportunidad de meditar, quizá sea sólo para demostrarnos que no nos sirve, que “eso” no es algo para nosotros pero, paradójicamente, esa decisión puede cambiar nuestra vida, aún cuando no esperemos gran cosa; sin embargo, a la hora de entrar en el proceso meditativo, descubriremos que el cielo se abre, que el universo se expande, que existe otra realidad dentro de nosotros mismos permitiéndonos entender de manera más profunda a los demás seres humanos, a los acontecimientos y al mundo mismo, porque con la meditación, adquirimos la capacidad de ver con el corazón.

 

Este nivel de conciencia, modifica nuestra vida en casi todos los sentidos, traduciéndose en un tipo de amor que nunca habíamos pensado ni experimentado; con una comprensión de ética, moralidad y verdad, regocijándonos en el conocimiento del ser.

 

La meditación nos permite mantener, en la vida cotidiana, la sensibilidad, la apertura y el equilibrio con los cambios que se producen en todas estas áreas que desembocan en una mayor conciencia y, en el conocimiento, de una verdadera sensación de paz y de poder; es decir, a través de la meditación desarrollamos nuestro sentido del yo con una profunda comprensión del universo, para trabajar y para vivir en un alto nivel, fortaleciendo la alegría, la creatividad y la paz, entendiendo la verdadera naturaleza del amor.

 

Si te interesa aprender a meditar, si quisieras acercarte a este tipo de técnicas, más adelante voy a compartir algunos ejercicios con ustedes para probar; mientras, te dejo estos sencillos movimientos:

 

  1. Siéntate o acuéstate cómodamente, lo más cómodo que puedas ya que estarás en esta postura algunos minutos.
  2. Cierra los ojos. No hagas una presión grande sobre ellos, solo relájalos.
  3. No hagas ningún esfuerzo para controlar la respiración; simplemente, respira de forma natural.
  4. Enfoca tu atención en la respiración y en la forma en que tu cuerpo se mueve con cada inhalación y exhalación. Observa el movimiento de tu cuerpo cuando respiras. Observa tu pecho, hombros, costillas y vientre. No hagas esfuerzos para controlar la respiración; simplemente, enfoca tu atención. Si tu mente divaga, sólo tienes que volver tu atención de nuevo a tu respiración. Siente las sensaciones corporales y enfoca tu atención en ellas.
  5. Mantén esta práctica de meditación durante 2-3 minutos para empezar y luego pruébala durante períodos más largos.

 

Más adelante compartiré con ustedes más sobre estas técnicas.

 

Gracias como siempre por leerme y agradezco la oportunidad de acompañarles.

 

20171022-patriciagambetta-id134100-mundodelameditacion

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *