sobre la depresión
Hablando sobre la depresión
Por Dra. Rosa María Ortíz Prado
Ahora que nos acercamos a las temporadas frías del año, los psicólogos y profesionales de la salud, nos encontramos con que más personas pueden sentirse tristes, con baja energía, e incluso, algunas en esta época, pueden llegar a estar deprimidas. A la depresión, que ocurre en esta época del año, se le conoce como “depresión estacional”, “depresión de invierno” o bien, con su nombre real “Trastorno Afectivo Estacional”.
Las investigaciones, han encontrado que este tipo de depresión está desencadenada por la respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural. Las teorías actuales, se concentran en el papel que podrían tener dos sustancias químicas específicas en el cerebro: la melatonina y la serotonina que ayudan a regular los ciclos de sueño-vigilia, la energía y el estado de ánimo; es decir, la gente con este síndrome no controla de forma efectiva la serotonina durante los meses de invierno.
La serotonina es un neurotransmisor que producimos y que se encarga de la regulación del deseo sexual, mantenimiento de la vigilia y de la modulación de la ansiedad y de la agresividad, además de contribuir a coordinar la producción de hormonas, como la melatonina.
¿Cómo saber si estamos deprimidos?
La depresión estacional puede empezar a manifestarse durante la adolescencia y la adultez, y así como otros tipos de depresión, es más común en las mujeres.
“Los síntomas generalmente se intensifican de manera lenta a finales del otoño y en los meses de invierno. Casi siempre son los mismos que se presentan con otras formas de depresión:
- Desesperanza
- Aumento del apetito con aumento de peso (la pérdida de peso es más común con otras formas de depresión)
- Aumento del sueño (el poco sueño es más común con otras formas de depresión)
- Menos energía y capacidad para concentrarse
- Pérdida de interés en el trabajo y otras actividades
- Movimientos lentos
- Aislamiento social
- Tristeza e irritabilidad
Es importante que sepamos, que aunque nosotros no vivimos en un clima extremadamente frío, nuestro cuerpo responde a las variantes climatológicas de nuestro país, haciendo el mismo efecto. Y lo importante de adquirir este conocimiento, es estar pendientes de la sintomatología que pudiéramos manifestar a nivel personal, o bien, la que pudiéramos observar en uno de nuestros seres queridos. Datos que pudieran pasar desapercibidos en nosotros y en la gente que amamos.
Las frases que a veces decimos como “échale ganas”, “ponte las pilas”, “todo está en la mente” , ”tú puedes “, “es cuestión de querer”, “si te lo propones lo harás”, etc., aunque están llenas de buenas intenciones, difícilmente actúan sobre un cuadro depresivo, y es necesario atendernos con un profesional de la salud mental, para encontrar las causas subyacentes de la depresión; ya que puede ser una mezcla de factores aprendidos, emocionales, genéticos, situacionales, adaptativos, y como lo mencioné antes, climáticos.
Finalmente, es necesario tomar en cuenta que la depresión es multifactorial, y la familia juega un papel importante en la recuperación, pero la intervención profesional a tiempo, puede evitar la pérdida de una vida humana, ¡seamos humanos con quien vive un cuadro depresivo!
Gracias.