Hola a todas, en esta ocasión vamos a platicar sobre este tema debido a que un gran número de mujeres consideran que por la presencia de flujo vaginal ya tienen una infección; sin embargo, esto no es una realidad.
Un motivo de consulta común, es acudir porque siempre tienen flujo vaginal y les han administrado un gran número de tratamientos sin que sientan una mejoría.
Es importante recordar que la vagina, así como otros tejidos de nuestro cuerpo, están sometidos a una serie de cambios que se rigen por el ciclo menstrual, por lo que, según avanzamos en el proceso, se pueden notar diferentes fases en la piel, en el cabello, en las uñas, en las mamas, en el brillo de los ojos y por supuesto, en la vagina.
Un flujo normal, debe ser una sensación de humedad, que no nos genere comezón ni un olor desagradable, a veces, puede manchar ligeramente su rompa interior, sin generarle ningún otro síntoma agregado.
Es importante mantener esa humedad para las diferentes funciones de la vagina, dentro de ellas la protección, de la misma.
Últimamente se ha puesto de moda el uso de duchas vaginales con productos que nos aseguran mantener un pH neutro y que mejoran las condiciones vaginales; sin embargo, la vagina no requiere el uso de duchas constantes ni de productos especiales para mantenerse sana, pero sí nos puede generar un cambio en la acidez que facilite la proliferación de microorganismos que nos puedan generar una infección.
Si usted considera que su situación no es normal, acuda con su médico de confianza, quién después de realizarle un interrogatorio minucioso, la explorará para ver las características del flujo, y le podrá realizar algunas pruebas de consultorio para diagnosticar la presencia de algún virus, bacteria u hongo; de la misma manera, le ofrecerá, en caso necesario, realizarle algún cultivo vaginal para determinar el origen.
Evite tratamientos empíricos y no necesarios.