Hablando de orgullo

Corriendo el año de 1969, en la ventana del bar Stonewall Inn (Nueva York), se podía leer un cartel que decía: “Nosotros los homosexuales rogamos a nuestra gente que por favor colaboren a mantener una conducta tranquila y pacífica en las calles del Village”, esto  derivado de los disturbios que surgieron a partir de una redada en el mismo bar, un 28 de junio de ese mismo año, donde detuvieron a las personas homosexuales que concurría al lugar.  

Dichos acontecimientos marcaron el inicio de diferentes manifestaciones y protestas en contra del sistema represor de las personas homosexuales; desde entonces, cada año se conmemora el día internacional del Orgullo LGBTTTI+ (Lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, trasvestis, transgénero e intersexuales). 

El orgullo LGBTTTI+ connota la dignidad de cada ser humano que no debe verse afectada por su conducta ni orientación sexual, teniendo como premisas fundamentales que ninguna de las personas debe avergonzarse de lo que es, cualquiera que sea su sexo, su orientación sexual o su identidad sexual, además de luchar por la igualdad de derechos humanos para todos y cada uno de los ciudadanos con orientación sexual diferente a la heterosexual. 

Si bien, la atmósfera del Orgullo LGBTTTI+ o también llamado Orgullo Gay, es de alegría y de celebración en las ciudades y capitales, aun con los avances en derechos e igualdad, la comunidad LGBTTTI+ se sigue enfrentando a las consecuencias de la homofobia, exclusión, discriminación, violencia, violación a los derechos humanos y persecución. Hoy en día, alrededor de 70 países continúan criminalizando la homosexualidad. 

En México, el 11% de la población se consideró como no heterosexual, reveló la encuesta LGBT+ Orgullo 2021 elaborada por la consultora Ipsos. Aunque se reconoce que hay avances en la visibilización e inclusión de esta comunidad, en el año 2019 la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentó el informe especial sobre la situación en derechos humanos de las personas lesbianas, gay, bisexuales, trasvestis, transgénero, transexuales, e intersexuales en México, concluyendo, entre otras, las siguientes sentencias: 1) hay un problema de discriminación y violencia en agravio de esta comunidad, 2) es insuficiente el reconocimiento de sus Derechos Humanos, 3) falta de monitoreo y evaluación de políticas públicas a favor de las personas LGBTTTI+, 4) existe la necesidad de fortalecer las acciones para combatir fenómenos sociales como el bullying y el mobbing, 5) son necesarias las sanciones para los perpetradores que impidan el acceso al trabajo y el desarrollo profesional de las personas LGBTTTI+, así como prevenir actos en contra de la comunidad. 

Como se puede leer, faltan muchas acciones y sobre todo, conciencia acerca del respeto y la inclusión de la comunidad LGBTTTI+; cada uno de nosotros desde donde estamos, podemos tomar diferentes acciones que ayuden a alcanzar el objetivo, tan sencillos como evitar juzgar la vida de los demás, evitar un lenguaje negativo u ofensivo para describir a las personas, evitar frases homofóbicas, ser un defensor activo de la comunidad LGBTTTI+, así como hacerle saber a esa persona que eres su aliado.  

A manera personal y orgullosa de mis familiares, amistades, personas conocidas y desconocidas que han tenido que luchar por ser incluidos y ejercer sus derechos humanos, que han tenido que luchar por no ser discriminados y lacerados física y emocionalmente, dejo la siguiente pregunta ¿Quiénes somos nosotros para indicarle a otra persona a quién debe o no debe amar?

  • Ana Sly Hernández Corres
  • Psicóloga/Psicoterapeuta/Sexóloga
  • Marcos Pérez 203. Colonia Figueroa, Centro Oaxaca.
  • Tel: 958-138-0006

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