Por: Dra. Verónica Aguilar
La nariz es el centro del rostro, por lo tanto, juega un papel primordial en la estética y la armonía facial, pero más importante que eso, es la funcionalidad relacionada con la respiración y la olfación. En recientes semanas se ha hecho viral en redes sociales el resultado particular de un tipo de rinoplastia que, por sus similitudes con un personaje de película, está denominado popularmente como nariz de villaquien, lo cual analizaremos a continuación.
- El ángulo nasolabial se encuentra exageradamente abierto lo cual condiciona que en la vista frontal del paciente sobresalgan demasiado las fosas nasales, lo cual resulta antiestético.
- Resección excesiva de elementos cartilaginosos en la punta, lo cual llega incluso a denominarse amputación nasal, es decir, se pierde la anatomía natural de la nariz, lo cual puede ser condicionante de colapso y de hiper rotación de la punta.
- Limado exagerado del dorso óseo, esto condiciona una nariz muy baja, pérdida de estructura y de soporte, y en algunas ocasiones, dar la impresión de que existe un “exceso de piel”, en otras palabras, la cubierta cutánea “queda grande” con respecto al hueso subyacente, traduciéndose en arrugas cutáneas en las paredes nasales.
Los aspectos previamente mencionados, en conjunto se verán reflejados en una nariz poco natural, demasiado “respingada” y, en ocasiones, exageradamente pequeña y desproporcionada con el resto de la estructura facial, impidiendo una correcta armonía de todos los elementos que, al mismo tiempo, pudiera producir alteraciones en la función nasal de calentar, limpiar y humedecer el aire respirado.
La pregunta obligada es, si existe alguna forma de corregir estos defectos, la respuesta es sí, pero no es un procedimiento sencillo, ya que, en la mayoría de las ocasiones, se requiere la extracción de tejido cartilaginoso del tórax para recrear las estructuras de soporte resecadas en exceso.
Por todo esto, evita una segunda rinoplastia, acude con un profesional.