¿Cómo sacar provecho de las críticas?

Por: Dra. Rosa María Ortiz Prado 

Los seres humanos vivimos en los entornos sociales múltiples a los que pertenecemos y desde pequeños aprendemos a reaccionar con enojo o enfado cuando alguien nos critica al pensar que nuestra valía como persona está puesta entre dicho, con frecuencia, las personas que nos critican lo hacen de maneras poco adecuadas, pudiendo llegar incluso a ser hostiles, sin embargo, aunque sea de esta manera, no siempre la crítica carece de fundamento.

Las críticas son comentarios, opiniones sobre lo que hacemos, decimos o actuamos y, con frecuencia, son peticiones de cambio de actitud y pueden ser constructivas o destructivas, esto es algo que aprendemos en el entorno filial y las escuchamos desde que somos muy pequeños, aprendiendo también a defendernos emitiendo una contra crítica.

Por ejemplo, si alguien de la casa grita mucho, habla palabras altisonantes o deja sus cosas mal acomodadas en cualquier sitio, frecuentemente escuchamos frases como: “nunca vas a cambiar”, “ eres un desastre”, “ esa manera de hablar no te llevará a ningún lado”; sin embargo, aunque es una observación sobre un comportamiento, al ser dicha peyorativamente, disminuye la utilidad que podría tener; semánticamente podríamos estructurarlas de una manera diferente iniciando con frases como: “me gustaría que fueras más ordenado”, “si hablaras de otra manera, nos sentiríamos más cómodos”, etc., de esta forma, la crítica expresa una ganancia para todos, señala la conducta pero no es un ataque personal.

¿Aprender a llevar la crítica de una manera funcional es útil para nosotros? Sí, pueden ser muchas las ganancias que obtendremos si aprendemos a emitir las críticas señalando la conducta y no a la persona, y tomándolas de una manera receptiva y calmada, tanto las que son fáciles, que incluso se dicen en broma, como las hostiles, ya que el aprendizaje y desarrollo personal, con el cambio de actitudes poco funcionales que pueden ser mejoradas, siempre nos conducirá a actuar como un mejor ser humano.

Por otro lado, si son hechas con intento de manipulación, podemos salir airosos de una situación que puede ser desagradable; otra utilidad que nos proporciona es aprender de la crítica algo útil que contribuya a una adecuada gestión emocional, ya que manejamos mejor la ira con respuestas adaptativas y controlada y nos sentiremos menos enjuiciados y atacados en nuestra autoestima.

¿A qué se debe que nos cuesta tanto trabajo aceptar una crítica? Los seres humanos nos equivocamos con frecuencia dada nuestra imperfección, es parte de nuestra condición humana, por lo tanto, el estar abiertos nos abre la posibilidad de aprender dejando de creer que la crítica implica el rechazo de quien la hace, ya que si vemos en cada petición de cambio un ataque, falta de reconocimiento o de afecto, podemos emitir conductas defensivas, que probablemente no permitirán que escuchemos o recapacitemos, recordemos que no somos seres humanos buenos y malos, donde los buenos nunca nos dirán nada y los malos nos criticarían. Querer que las cosas sean como nosotros queremos o pensar que siempre tenemos la razón, nos conduce a la frustración y a la no aceptación de la crítica constructiva, porque sentimos el ego lastimado.

¿Qué podemos hacer para aprovechar la crítica? Una manera sería cambiar nuestra actitud utilizando un discurso interno constructivo, tomando en cuenta que no somos perfectos y estamos sujetos a un cambio continuo, donde la crítica no es un ataque de quien lo hace si no la observación sobre un aspecto particular o una conducta, pero no de toda nuestra persona, es escuchar con una escucha activa.

También podríamos preguntarnos: 

¿Esta observación me puede traer algo útil en mi vida? 

¿De quién viene la crítica?

¿Es importante para mí, aunque me duela?,

¿Quien me hace la observación me intenta ayudar?

¿Tiene un fundamento el cambio que se me pide? 

¿Es algo que se repite constantemente en mi vida?

¿Me lo han dicho diferentes personas?

Y muchas preguntas más, acordes a nuestra particular manera de ser; si después de analizarlo nos damos cuenta de que tiene elementos constructivos, podemos gestionar nuestras emociones, escuchar de forma activa, pedir más información y establecer una estrategia de cambio.

Estamos rodeados de opiniones, difícilmente podríamos escapar a observaciones por nuestro entorno social, pero sí aprender a gestionar lo que nos hacen sentir esas observaciones u opiniones, aprendiendo de las críticas constructivas y sesgando eficientemente las peyorativas. Utilicemos el maravilloso cerebro que poseemos a favor de nosotros mismos.       

Psic. Rosa María Ortiz Prado

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