Bioestimuladores 

Por: Verónica Aguilar  

En cuestiones de rejuvenecimiento facial, la ciencia ha avanzado en forma importante, permitiendo contar con recursos poco invasivos, a penas dolorosos y, además tienen resultados prácticamente inmediatos; dentro de ellos se encuentra la toxina botulínica y el ácido hialurónico.  

Sin embargo, actualmente podemos echar mano de algunos productos que prometen una mejoría, no sólo a corto, sino a largo plazo y que, además reestructuran el tejido. Estos productos son denominados bioestimuladores debido a que actúan a nivel de la piel, activando la producción de sus propios componentes, incrementando así la fuerza, elasticidad y grosor de esta, características importantes de la piel juvenil. 

La forma de actuar de los bio estimuladores es generar una respuesta inflamatoria la cual estimulará al fibroblasto para la producción de tejidos más firmes y elásticos. Uno de los principales bioestimuladores, es el ácido poliláctico, una sustancia sintética que se degrada y se reabsorbe, e induce un efecto rejuvenecedor con resultados naturales y progresivos a largo plazo. 

Las condiciones para la aplicación es en pacientes que deseen mejorar el aspecto facial, que presenten arrugas finas, laxitud de leve a moderada, así como adelgazamiento de la piel. El procedimiento se realiza en consultorio, previa limpieza de la zona y aplicación de anestesia; se utiliza una cánula, generalmente se utilizan dos o tres puntos de inserción de cánula por cada lado de la cara. Las zonas faciales con más frecuencia a tratar son pómulos y línea mandibular para lograr un efecto de levantamiento y mayor definición. 

Generalmente no afecta en forma negativa el aspecto de la piel (edema y equimosis) pero lo anterior va a depender de las particularidades del paciente, así como de los cuidados post aplicación. Con relación a dichos cuidados, se recomienda no realizar esfuerzos en las horas subsecuentes a la aplicación.  

La duración del efecto depende del producto a utilizar, describiendo resultados visibles entre seis meses a dos años. En muchos de ellos se indica masaje en la zona; el inicio frecuencia y duración de dicho masaje, dependerá de las indicaciones de su cirujano plástico o dermatólogo. 

Debemos recordar que el uso de bioestimuladores no sustituye el efecto de otros productos como la toxina botulínica (que actúa sobre los músculos) o el ácido hialurónico (que principalmente genera volumen e hidratación). 

Algunos de los nombres comerciales de este tipo de productos son ELLANSE, RADIESSE, HARMONYCA Y SCULPTRA; los componentes específicos de cada uno pueden variar, sin embargo, todos se utilizan como estimuladores. 

Recuerda que para la realización de todos estos procedimientos es muy importante acudir con un cirujano plástico o dermatólogo que te explique y oriente sobre cuál es la mejor alternativa para ti. 

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