El síndrome del corredor

Por Dr. Pedro Aarón Santiago Martínez. Es una lesión frecuente en la parte lateral de la rodilla del corredor de media y larga distancia, pero que puede afectar también al ciclista y al deportista constante; esta entidad, también es conocida como síndrome de la cintilla iliotibial.

¿Por qué se presenta?

Se produce por el roce constante de un tendón y un saliente óseo del fémur a nivel de la cara lateral de la rodilla en el momento de la flexión y extensión (movimiento de la rodilla durante el ejercicio del atletismo y ciclismo), esto provoca inflamación del tendón y, consecuentemente, dolor.

También existen alteraciones del cuerpo que favorecen la aparición de esta lesión, por ejemplo: defectos de alineación de la rodilla (rodillas arqueadas), discrepancia de longitud de las extremidades (una pierna más corta que la otra) y deformidades del pie que provoquen defectos en la mecánica de la marcha, entre otros; además, debemos añadir factores externos a nuestro cuerpo, como: la técnica de la carrera, el tipo de terreno (irregulares, duros), el tipo de calzado y la técnica del pedaleo de la bicicleta.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma característico es el dolor en la zona lateral de la rodilla, que aparece al correr, subir o bajar escaleras y que se incrementa ante la presión de esta región, incluso, puede extenderse a lo largo de la cara lateral del muslo, trayendo como consecuencia, la limitación de la actividad deportiva.

¿Cómo se hace el diagnóstico?

El diagnóstico, por lo general, no requiere de estudios específicos y el médico traumatólogo puede realizarlo en el consultorio con el interrogatorio y la exploración física del paciente; sin embargo, se tienen que descartar lesiones del ligamento colateral de la rodilla, del tendón rotuliano (tendinitis del saltador), de los meniscos, de los ligamentos cruzados o del cartílago articular de la rodilla.

¿Cuál es el tratamiento?

El objetivo del tratamiento, es eliminar el dolor y reincorporar al deportista a sus actividades de ejercicio; en fases iniciales, esto se logra con la aplicación de hielo en la zona de dolor y el reposo temporal de la actividad deportiva; pero, si los síntomas continúan, el deportista debe acudir con el médico traumatólogo para su valoración y tratamiento definitivo.

La recomendación preventiva que les comparto, es que siempre acompañen su actividad deportiva con ejercicios musculares de estiramiento y fortalecimiento.

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