Espero que estés viviendo momentos extraordinarios y estés aprovechando cada día para volver a empezar en esta maravillosa experiencia llamada vida.
En el número pasado, platicamos un poco sobre el aborto espontáneo, sus causas, su frecuencia, sus síntomas y sus factores de riesgo; en esta ocasión, platicaremos sobre lo que debemos hacer ante un aborto de primer trimestre.
El objetivo principal del tratamiento durante o después de un aborto espontáneo, es prevenir la hemorragia y /o la infección. Entre más temprano es el embarazo, es más probable que tu cuerpo expulse el tejido por sí mismo y, en la mayoría de las ocasiones, no requiere un procedimiento médico agregado.
En casos donde el cuerpo no expulsa todo el tejido, el procedimiento actualmente más utilizado es el AMEU, que significa: aspiración manual endouterina; este procedimiento, consiste en aspirar, con un instrumento especial, el contenido que se encuentre dentro de la cavidad uterina. El proceso es más noble que un legrado, ya que la posibilidad de daño a las paredes uterinas es menor y es un procedimiento poco traumático. Preferentemente, debe ser realizado en condiciones seguras y bajo sedación, ya que, en esos momentos, las pacientes están viviendo una experiencia no agradable en su vida y, es necesario, brindarles una atención segura y cálida.
A criterio del médico, es posible que se requiera el inicio de antibiótico. El objetivo de ambos manejos, es dejar una cavidad uterina sana; que, si así lo eliges, esté en condiciones óptimas para un nuevo embarazo.
Si en tus planes está embarazarte de nuevo, es necesario que inicies, junto con tu pareja, la ingesta de ácido fólico, ejercicio de forma regular, comidas sanas, control de peso y cero cigarros.
Acude prontamente con tu especialista.