Por Juan Valencia
“Porque el cineasta que es honesto con lo que plasma en la pantalla, puede tocar partes profundas y oscuras del espectador” – Alfonso Cuarón
La octava película dirigida, escrita, co-fotografiada y coeditada por el mexicano Alfonso Cuarón, además inspirada en sus recuerdos y ser una obra muy personal del realizador, presenta una historia de apariencia simple, pero su estética y diseño de producción muestra un trasfondo especial a partir de cada detalle expuesto, invitando a la audiencia a una reflexión sobre la comparativa de un México pasado que no resulta tan diferente al que se vive hoy día. Proyecta muchas dualidades, dentro de ellas, el clasismo y la unión, el amor y el odio, la vida y la muerte.
Roma nos presenta una familia de clase media – alta y la relación que tiene con una de las empleadas del hogar, Cleo, interpretada por la oaxaqueña Yalitza Aparicio, quien obtiene gran relevancia pasando de ser un personaje de un plano secundario a convertirse en la protagonista de la historia; como testigo y “espía” involuntaria, muestra la vida de la familia, de la ciudad de México y de la sociedad.
Alfonso Cuarón dedica esta película a las mujeres que formaron parte de su desarrollo como persona, en especial a Liboria Rodríguez o “Libo”, la niñera de los hermanos Cuarón. El amor es el factor que mueve el motor de la historia y el conflicto. Las historias de dos mujeres parecen destruidas pero el sentimiento que tienen por su familia, a quienes aman, las mantiene fuertes y las hace seguir adelante sin importar los problemas o dificultades que puedan experimentar.
Hablando específicamente de la actriz oaxaqueña, Yalitza Aparicio, quien obtuvo el papel a pesar de ser muy tímida, sólo realizando el casting como un favor para su hermana y así poder contarle como fue la experiencia, pues ella no se encontraba en disposición de realizarlo, resultó seleccionada para encarnar a Cleo, la protagonista de Roma. Aceptó el papel ya que la historia le permitiría, en palabras de ella, hablar de mujeres reales, con nostalgias, recuerdos, pasiones y una identidad que se ve y se siente a flor de piel. Orgullosa de su vida, expresa lo importante que es romper estereotipos, “no sólo individuos con un perfil en específico pueden alcanzar ciertos lugares privilegiados, cualquier persona es digna de ellos”.
“Mi piel, muy mexicana, muy oaxaqueña y muy humana; del color de mi tierra y la diversidad de sus colores” – Yalitza Aparicio
Es imposible hablar de Roma y pasar por alto su fotografía y su diseño de producción, planos abiertos, movimientos de cámara sutiles, delicados, admirables, mostrando detalles del México de los 70´s y la vida de las familias de aquella época. El trabajo de Cuarón se caracteriza por dar la misma importancia al primer plano y a lo que sucede detrás de él, en este caso, mostrando un México que sufrió y sigue sufriendo una notable separación de clases sociales, represión de los gobiernos y violencia.
El cine es recuerdo. Roma es una obra muy personal de Alfonso Cuarón. La historia aparece de las memorias del director; la forma en que es contada, la narrativa visual para evocar la memoria y la fotografía en blanco y negro, muestra algo más que un sentimiento melancólico. No escatima en detalles para recordar junto a Cuarón, aquellas vidas y realidades. Algunos recordarán fragmentos de la película como propios, otros, vivirán por primera vez, escenarios únicos de la Colonia Roma en el México de los 70´s.
