La incansable corredora de ultramaratones, Alejandra Navarro y las montañas, son uno solo; son la clara muestra de que, entre la naturaleza y el hombre, no existen barreras, nos visibilizan la perfecta conjunción que entre nosotros existe, siempre y cuando, le tengamos el respeto que ésta se merece. Porque nacimos para ser uno solo y vivir en armonía.
“La Señora de la Montaña”, “La Gacela Navarro”, madre, amante del deporte, de los retos y sobre todo, entusiasta por lo que la vida le presenta; en entrevista nos relata que no le tiene miedo a nada y que siempre estará dispuesta a enfrentar lo que la vida le ponga enfrente.
Socialmente: ¿Cómo surge tu pasión por los maratones y ultramaratones?
Alejandra Navarro: Me nació el gusto porque mi papá corría mucho, de esta manera comencé a hacer entrenamientos y rutas con él, pero lo tomé como un hobby y no como una disciplina; posteriormente, dejé de practicarlo; pasado un tiempo, decidí retomarlo pero de una manera más comprometida. Comencé con algunas competencias y vi resultados muy positivos.
Tiempo después, me vio el entrenador del club “Antequera Team” y me invitó a entrenar con él; sin embargo, estuve muy poco tiempo. Siempre he sido muy rebelde, entonces no hacía lo que él me decía, por lo que llegué a la conclusión de que prefería entrenarme yo misma. Pero estoy muy agradecida con él, porque fue quien me invitó al Ultramaratón hace tres años en Veracruz, donde corrí 21 kilómetros y además, gané el primer lugar.
S: Participaste en el Ultramaratón de la Sierra Mixe en Totontepec, Villa de Morelos, corriendo 100 km ¿Qué sentiste al ganarlo?
AN: En 2017 realizaron la primera edición conformada por 70 kilómetros, lo hice y obtuve el primer lugar; el siguiente año, aumentaron 30 kilómetros pero la verdad, nunca había corrido 100 kilómetros; sin embargo, decidí animarme, no tenía nada que perder; además, era una forma de probarme. Así mismo, decidí invitar al Club “Locos por la Montaña”, pero cada vez que sabía quiénes eran los que participarían, me ponía nerviosa, sabía que había dos corredores muy buenos, pero me fijé la meta de subir al pódium y así fue, gané el primer lugar.
S: ¿Por qué decides participar en el Ultra Machu Picchu Trail (UMPT)?
AN: Porque es un reto que soñamos quienes nos dedicamos a esto. Una participación internacional siempre será muy importante. Los organizadores me contactaron, me otorgaron una cortesía que no dudé en aceptar y después, me puse a pensar en la manera en que tendría que cubrir los costos.
S: Platícanos un poco en qué consistió y los retos que enfrentaste cuando te perdiste tres veces durante la carrera.
AN: Me fui unos días antes porque pensaba que la altura podía afectarme. Quiero mencionar que hubo personas que se acercaron a mí y me permitieron llevar esto a acabo. Uno de ellos fueron los del Club “Bolotones Team” (quienes realizaron una carrera con causa); el gimnasio Sol Gym, en dónde tomo clases de spinning y también me apoyaron dando una súper clase, donando todos los fondos recaudados; también, se sumaron a mi viaje, mis instructores y guías: Sol Vásquez, Miguel Ángel Morales López y Rosy Meneses, de la aseguradora Quálitas.
Llegué dos días antes a Ajusco y decidí irme a trotar un poco por la Montaña de Siete Colores con una altitud de 7500 (la subí y la volví a bajar). Me traslado a Mobapatas, ahí me contacto con el organizador, me entregan mi número, me registro y asisto a la junta previa.
Ya llegado el momento, hago mi ritual (el cual hago siempre que tengo una competencia) y le pido a Dios que me cuide y a la Montaña le pido que me permita entrar pero también salir. Para ello, siempre entierro algo en la tierra, a manera de agradecimiento y protección.
Desafortunadamente, lo que puedo decir de este Ultramaratón es, sobre todo, una observación a los organizadores, ya que la ruta no estuvo bien marcada, además de que los abastecimientos no eran los que habían establecido. Pero debo destacar que me encantó la ruta, pasé 12 glaciares, un espectáculo sin igual, me sorprendí muchísimo.
S: ¿Quién te denominó como «La señora de la montaña” y qué significado tiene para ti?
AN: Tengo varios apodos. El primero me lo dio Don Luis Álvarez “El Tibu”, en un Trail en Zimatlán, me vio llegar a la meta y, anteriormente, me había visto ganar otro Trail en Tlaxiaco; de ahí que me pusiera “La Gacela Navarro”.
Y el de “La Señora de la Montaña” me lo gané en un Ultramaratón, en Yavesía; ahí, el campeón y campeona, se denominarían de esa manera.
S: ¿Qué representa en tu vida el haber conquistado una tierra que no es la mexicana?
AN: Es algo valioso, es un reto que supera todo lo que imaginas. Fue un compromiso conmigo misma y por la gente que siempre estuvo pendiente de mí.
S: ¿Qué mensaje te gustaría compartirle a la juventud oaxaqueña?
AN: Qué hagan deporte por salud. Se convierte en una disciplina y modo de vida. Además, encuentras amigos para toda la vida, con quienes compartes la misma pasión.
S: ¿Cómo combinas la labor de ser madre y tu pasión por las carreras deportivas?
AN: Para todo hay tiempo cuando uno lo desea, uno se organiza para lo que uno ama hacer. Yo me doy tiempo para mi pasión: el deporte y para mis hijas y familia.
S: ¿De qué forma festejarás este 10 de mayo?
AN: Corriendo. Quiero correr, mi vida se basa en entrenamientos, correr y competencias.
S: ¿Qué mensaje tienes para todas las mamás que nos leen?
AN: Independientemente de ser madres, profesionistas, hijas o hermanas, espero se den la oportunidad de tener una vida sana. Yo me doy el tiempo para estar con mi familia, pero también el tiempo para mí misma; hacer eso, es la forma en que le digo a mi cuerpo te amo. La manera en que somos es lo que nuestros hijos aprendan.
Por Alejandra Santaella