Corría el año de 1521, la conquista de México recién estaba consumada; la gran Tenochtitlán había sido vencida el 13 de agosto; los españoles estaban ansiosos por seguir descubriendo nuevos territorios y se dice que un grupo de zapotecas acudía ante Cortés para solicitar una alianza para combatir al pueblo mixteco; por tal razón, el conquistador envió a un número de soldados quienes marcharon hasta llegar a Huaxyacac, que en Náhuatl significa, en la punta del huaje; en ese tiempo los españoles llegaron a esta población que todavía no se constituía como Ciudad, un 25 de noviembre de 1521; es importante recalcar que ese día fue crucial para la historia, pues se celebró la primera misa católica en Oaxaca, oficiada por el clérigo Juan Días, al margen derecho del Rio Atoyac.
Después de diversas exploraciones, un grupo de españoles, encabezado por Juan Núñez Cedeño, llega a Huaxyacac bajo el lema: “Hacer Ciudad o morir en ella”, finalmente lo logran y, en el año de 1524, Oaxaca ya estaba establecida como población; ahí, se envía una instancia a la corona española para que confirme la fundación con fecha 14 de septiembre de 1526, al llegar esto a oídos de Cortés, éste manda a despoblar la zona, pero a su retorno a España, vuelven a establecer la población ahora como Villa de Antequera.
Las calles fueron perfectamente trazadas, de tal manera que, al pararte en una de ellas, puedas ver el resto de la cuadra; es importante recalcar que esta Ciudad fue diseñada para viandantes, dando longitud a sus calles con la medida de nueve caballos.
El primer cuadro que se trazó en la hoy Ciudad, fue el zócalo y, la primera Ermita que aquí se construyó fue la de Santa Catarina; posteriormente, se edificó la Ermita de la Veracruz y de San Sebastián, hoy, la Basílica de la Soledad y el Templo del Carmen alto.
La vida en la Villa, era un caos por eso, el cabildo, envió a España a Diego de Porras quien llevaba como consigna, obtener la elevación de la Villa al rango de Ciudad, lo cual logró con la cédula real que expidió y firmo el Rey Carlos I, el 25 de abril de 1532, naciendo así, oficialmente, la siempre leal y noble Ciudad de Antequera.
Son así los inicios de esta gran señora Oaxaca que, a lo largo de casi cinco siglos, ha logrado mantenerse, siendo desde el principio, admirada por sus condiciones; hoy, por su belleza que le dan sus edificios de cantera, sus calles perfectamente trazadas, sus más de treinta Templos, sus parques, sus tradiciones y su espíritu ancestral, donde se conjuga la historia de este país.
Oaxaca, siempre lo he dicho, es la Ciudad más bella que conozco; no en vano ha sido la musa de las más bellas creaciones poéticas, de grandes canciones como el “Dios nunca muere”; también, ha sido cuna de los grandes de la historia, como muchos dicen, es la Ciudad ideal para nacer, crecer y morir en ella.
Han pasado infinidad de acontecimientos a lo largo de estos casi cinco siglos de historia; relatar todo, es casi una utopía; son muchos los compañeros que han dedicado su vida a contar las hazañas de esta Ciudad a la que nosotros, como oaxaqueños, debemos de apreciar, cuidar, respetar y sobre todo, preservar.
Por ello, este mes, celebremos el 487 aniversario de nuestra Ciudad, cuidando nuestros espacios públicos y nuestro patrimonio, porque la Ciudad merece respeto.
Por: Uriel de Jesús Santiago Velasco (Revista Socialmente) Abril 2019