MACHISMO VS FEMINISMO

¿Cuántas veces hemos escuchado las palabras feminismo y machismo? ¿En realidad son antagónicos?

Según María de Lourdes, el feminismo es un movimiento que nace por la demanda de los derechos humanos más elementales de las mujeres, dada la situación de desigualdad en el que vivían las mismas. Las demandas principales han sido: el derecho a la educación, el reconocimiento a la ciudadanía y la igualdad jurídica entre hombres y mujeres. Este pensamiento no busca la supremacía de la mujer por encima del hombre, sino una sociedad donde exista la equidad de género y nadie se encuentre por encima del otro.

Por otro lado, el machismo es una actitud, donde siempre existe una relación de desigualdad entre posiciones de arriba y abajo. No es una expresión propia de los hombres, pues existen mujeres que lo fomentan considerando que es un correcto estilo de vida. ¿Por qué hay hombres que llevan a cabo el machismo considerándolo como modelo de masculinidad? El machismo es una actitud que se aprende desde pequeño, ya que lo único que se hace es reproducir patrones de conducta aprendidos por sus ancestros: padres, abuelos, bisabuelos, etc.

En México, el machismo comienza después de la conquista española; los indios se sintieron traicionados por la Malinche y por el aprecio que ella mostró por la otra cultura; además, de que dio a luz al hijo de Hernán Cortés, Martín. Sin embargo, para las feministas chicanas, fue alguien que supo emanciparse a un doble sistema patriarcal, mientras la literatura la convierte en bestseller. Otro ícono interesante, es la madre digna, la madre perfecta, el culto a María, inmaculada sin pecado carnal.

El hombre ha buscado con el paso de la historia legitimar la dominación y la opresión del mundo femenino y ciegamente lo hemos permitido. La mujer no puede representar una contraposición constante, no es buena pero tampoco mala, no ser una santa no significa ser una ramera, pero ¿Por qué el hombre se empeña en un odio pasado?

El feminismo representa el hartazgo de la dialéctica del arquetipo femenino: cuando el hombre es inocente la mujer lo tienta con su carne, pero cuando el hombre pretende la lujuria la hembra debe ser dulce y compresiva. Cumplir los deseos de alguien más, se ha vuelto la forma de vida de la mujer. Porque hasta cuando se es madre se renuncia a todo: a su cuerpo, a las salidas por la noche, a su trabajo, etc.

La asimetría sexual en el mundo prehispánico encasilló a cada género las actividades que debían de realizar; el hombre sería quien exploraría, combatiría y estudiaría; y la mujer se dedicaría a la maternidad, la filialidad, la hermandad y el cuidado del héroe, quien tendría que soportar los descontentos, afligirse y llorar. Las sustrajeron de cualquier tipo de actividad que implicara riqueza, poder y prestigio.

México necesita más mujeres como Frida Kahlo, Josefa Ortiz de Domínguez, Sor Juana Inés de la Cruz y Leona Vicario (por mencionar algunas), que tengan el deseo de transformar el patriarcado mexicano. Que revolucionen al mundo entero por todo lo que tenemos que ofrecer, llenas de color, de viveza, de valentía, de amor y de inteligencia. Que deseen comerse el mundo a bocados, porque tenemos tanto que dar que nos sorprenderíamos de lo que ha estado oculto por millones de años en la personalidad femenina. Ojalá algún día veamos el mundo con otros ojos, esos donde sólo existen seres humanos y no más, dispuestos a superar las diferencias del pasado.

Por Alejandra Santaella

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