Por Dr. Pedro Aarón Santiago Martínez.
A propósito de las fechas decembrinas, envío un abrazo y felicitación a los lectores de Socialmente y, les deseo para el próximo año, éxito en todos los ámbitos. ¡Esta vez aprovecharé esta edición para hacer de su conocimiento puntos importantes de lesiones que pueden presentarse por la práctica de una de las tradiciones más peligrosas de las fiestas de fin de año, los fuegos artificiales.
Éstas pueden ir desde quemaduras leves, moderadas, severas o heridas por deflagración (quemaduras súbitas y potentes que se profundizan).
Las quemaduras leves o de primer grado se caracterizan por enrojecimiento, hinchazón y dolor de la zona afectada; en las de segundo grado, hay aumento del dolor con aparición de ampollas y, en las de tercer grado, severas, la piel lesionada se encuentra dormida y adquiere un color obscuro o blanquecino; en las heridas por deflagración hay pérdida de piel, con lesión de músculos y tendones pudiendo llegar a fracturar huesos.
El problema principal es que la mayoría de los heridos son niños o jóvenes menores de 17 años y, aunque se pueden lesionar cualquier parte del cuerpo, las zonas más afectadas son las manos y la cara, incluyendo los ojos.
El manejo inmediato en quemaduras leves debe ser con un lavado de agua tibia y jabón neutro, aplicación de cremas humectantes y un analgésico convencional; las quemaduras de segundo grado, pueden ser manejadas con el mismo principio y dependiendo de la intensidad de los síntomas deberán ser valoradas a la brevedad por un médico; las quemaduras de tercer grado y, las heridas por deflagración, deben ser atendidas por un Médico Especialista en Traumatología o Cirugía Plástica ya que éstas lesiones pueden dejar como consecuencia complicaciones irreversibles en la funcionalidad o perdida (amputación) de la parte afectada; si la lesión afecta el ojo, la participación de un oftalmólogo será necesaria.
Recuerden, la prevención es la mejor manera de evitar estos accidentes, recomiendo no dejar que un niño manipule algún tipo de pirotecnia o, en su defecto, hacerlo acompañado de un adulto sobrio y responsable, nunca en lugares cerrados, tampoco es bueno conservar la pirotecnia en los bolsillos, ya que estos, pueden comenzar su combustión de manera espontánea y lesionar el muslo o los genitales del niño.
Reiterándoles mis felicitaciones, les deseo una Feliz Navidad. Respetuosamente, su amigo y servidor.