José Piñón Orozco un hombre que ha dedicado su vida al servicio por el simple hecho de ser lo que ama: SER MAESTRO. Al verlo se nota que el tiempo ha pasado por él, sin embargo deja ver que es un ser humano que disfrutó cada instante su labor docente, pero sobre todo, que hizo de su vida un acto de bondad, que llenó de luces muchas vidas; y me atrevo a asegurar que quienes estuvieron bendecidos con su presencia le estarán eternamente agradecidos.
A corta edad, diecinueve años, Piñón Orozco se convierte en maestro, uno de los que hoy rara ves se ve. Estudió en la ENSO la Especialidad de Lengua y Literatura Españolas, así mismo realizó la maestría en educación en la misma Institución Educativa.
En su primer año de trabajo sufre un accidente que fue importante en su vida pero no detuvo su deseo de superación, siempre contó con el apoyo de las personas que estaban a su alrededor, jamás lo dejaron. Una madruga al realizar un viaje a caballo de La Cumbre hacia Santiago Jamiltpec, (con tiempo aproximado de seis horas) el frío resultaba insoportable, de tanto frío, él llevaba los brazos entrelazados, abrazándose, por lo que tuvo que soltar las riendas del animal que llevaba montado, desafortunadamente delante de su cabalgadura pasó intempestivamente un jabalí, por lo que el caballo del susto se paró de patas levantando la testa y José salió volando y cayó sobre una piedra, golpe que lo mantuvo inconsciente un buen rato, al despertar volvió a montar.
A una semana del suceso, cuando él despierta, siente un dolor en la once toráxica (de la columna vertebral) y empieza a sentirse rígido. Dos días después llega el Inspector de la Zona Escolar a la comunidad (es sabido que a los Inspectores como costumbre se les tenía que hacer fiesta), además este encargado de la educación llevaba un equipo de basquetbol para que jugaran con los chicos de la comunidad para así saber qué labor social había realizado el maestro. En esas condiciones José jugó el partido de basquetbol.
Diez días después, el 16 de agosto de 1966, es internado en el hospital de ISSSTE de la ciudad de Oaxaca, finalmente queda inválido durante cuatro largos meses.
Para el siguiente periodo escolar solicitó cambio de zona, cambio que jamás llegó, por lo que se atrevió a regresar a la población que lo vio salir enfermo.
En la cabecera de la Zona Escolar, le informaron que urgía la inscripción de la alumnos de La Cumbre, por lo que viajó a Santiago Jamiltepec, y al no haber cabalgadura se atrevió a bajar el cerro apoyado de una vara. Al caer la tarde llegó a Santiago Tetepec, donde el maestro del lugar lo invitó a comer y le prestó un caballo; llegó a La Cumbre como a las diez de la noche. Inmediatamente se dirigió al campanario haciéndolo tocar para despertar a los ciudadanos que no esperaban al maestro, menos a esa hora. Al asomarse los vecinos, él empezó a gritar que había llegado el maestro.
Al enterarse los vecinos del lugar que había llegado el profesor le prestan atención y él comenta que necesita inscribir urgentemente a los alumnos y que sólo tenía hasta el día siguiente por la mañana. A esa hora, con ayuda de los pobladores, realiza la inscripción y al amanecer de esa noche histórica en la vida del maestro José Piñón Orozco, son enviados dos topiles a entregar la documentación.
Tiempo después y con ayuda del padre de sus esposa se cambia a la Ciénega a donde llega en noviembre de 1968.
La magnitud de Piñón Orozco permitió que realizara grandes actividades; elaboró todas la banderas que México ha tenido en su historia y realizó el 24 de febrero de l969 el primer desfile en la comunidad. A raíz de esto quieren nombrarlo director de la primaria, pero lo cambian a la escuela Justo Sierra de Zimatlán de Ávarez donde recibe la comisión de Educación Física.
El 5 de mayo de ese año, cuando el Inspector llega a la institución educativa, encuentra formado el alumnado de aproximadamente 850 escolares, en posición de descanso, formándolo él solo.
Lo que permitió que su nombre cada vez tuviera mayor fuerza y respeto entre los que estaban en su ámbito.
“No te des por vencido… ni aún vencido”
José Piñón Orozco
Hay mucho de qué hablar y qué decir de un hombre de la talla de Piñón Orozco, los éxitos que alcanzó no podría enumerarlos en cuatro mil caracteres, pero de los más simbólicos son los siguientes: gana seis Concursos Estatales de Conocimiento en el Área de Lectura y Redacción en el nivel de CBTis, lo que ningún maestro ha logrado aún; funda la Secundaria Técnica No. 106 (hoy 49) de Zimatlán de Álvarez, la escuela Primaria México (turno vespertino) de la misma población; funda la Secundaria Técnica 106 de San Martín Mexicapan; fue Coordinador de casi todas las Especialidades que impartió la ENSO; en 1963 cantó la Canción Mixteca en el Teatro Reforma de Puebla, puebla, al lado de José López Alavez ( canción que ha traducido al Zapoteco de istmo); ganó el Tercer Lugar en el Concurso de Canto convocado por el SNTE en 1973, llevado en el teatro Degollado de la ciudad de Puebla; fue en 1983, al País del Sol Naciente, Japón, como primera voz del trío Del Recuerdo; en el CBTis 123 preparó una poesía coral con 150 estudiantes y a raíz de este suceso, lo seleccionan para coordinar la poesía México Creo en Ti”, que se presentó con seis mil alumnos en el Encuentro de las Etnias que se tuvo con Miguel de Lamadrid -Presidente de la República-, en la explanada de Monte Albán; en 1963 fue al Pre Nacional de Voleibol a la Angelópolis; Campeón Estatal de Cien Metros Planos, de Lanzamiento de Bala y de Salto de Altura en 1965; participó en el Pre Nacional de Basquetbol realizado en la ciudad de Oaxaca en marzo de 1966.
José Piñón Orozco es un hombre que hizo y deshizo, pero sobre todo lo hacia al cien. Que buscaba siempre la excelencia y la perfección, porque no había por qué conformarse con un nueve cuando se podía lograr el 10. Un maestro que marcó la vida de estudiantes, que siempre llevarán en su memoria, por tan espectaculares clases y sobre todo, porque dejó en ellos algo más que el conocimiento, que es su amor y espíritu por la enseñanza.