Enemigo en casa 

Por: Elizabeth Castro  

Durante las últimas semanas, la austeridad republicana y la justa medida han sido evidenciadas, Los seguidores de López Obrador observan con indignación cómo aquellos que ayer se desgarraban las vestiduras denunciando los excesos del pasado, hoy se entregan sin pudor a los privilegios del fuero y a las prácticas de corrupción que decían combatir. 

El último escándalo es el de Pedro Haces, líder de la CATEM, quién tras un comunicado publicado por empresas y organizaciones de la Comarca Lagunera, salió a defender a la organización que hoy está en boca de todos. Ante las denuncias y manifestaciones, el diputado morenista arremetió en contra del priismo, proclamando estar en contra de la extorsión y asegurando que no tolerará prácticas indebidas dentro de la organización. Sin embargo, los hechos contradicen lo expuesto por el diputado.  

Tan solo en Oaxaca, la CATEM acumula un historial marcado por decenas de enfrentamientos, asesinatos, denuncias de cobro de piso y prácticas criminales que han sido expuestas, incluso por el gobernador Salomón Jara, quien no ha dudado en señalar a la organización como una entidad delictiva que atenta contra los empresarios y negocios del estado.  

La confederación, aliada de MORENA, y cuyo líder se ha descrito como un “soldado de la 4T”, enfrenta por primera vez acusaciones directas que han escalado a nivel nacional. Estos señalamientos no nacen de la nada, sino que se suman a denuncias locales que desde hace años advertían sobre los abusos y  malas prácticas de la organización.  

Así, el argumento de que el comunicado de la Comarca es una maniobra del PRI se desmorona y queda sin sustento. Revelando algo que en Oaxaca se sabe desde hace tiempo: la CATEM opera como una organización criminal que se esconde tras el disfraz del sindicalismo y que, hasta ahora, se ha asumido intocable frente a la justicia.  

Pareciera que, tras la salida de López Obrador, sus aliados comienzan a desmoronarse y dejan al descubierto que el discurso de “no robar, no mentir, no traicionar” y de ser diferentes a los de antes no era más que demagogia.  

Pedro Haces no tiene nada que temer, es un aliado del morenismo y se sabe impune; sin embargo, el momento en que este escándalo sale a la luz, cuando las revelaciones de excesos y corrupción han sido la nota de las últimas semanas, exhibe como las viejas prácticas no solo siguen vivas, sino que han escalado hasta instalarse en las cúpulas del cuatroteísmo. 

Y ante la mirada inexpresiva de los seguidores de MORENA, la sociedad atestigua cómo la promesa del cambio se desmorona con rapidez, revelando que la corrupción solo cambió de manos, y que las organizaciones criminales siguen controlando el país, mientras el fuero, los compadrazgos y el poder político las protegen y disfrutan con creces los frutos de la violencia, el crimen y la impunidad.  

El narcoestado ya no se oculta, se exhibe. Pero… ¡qué viva México! Aunque sea en la impunidad. 

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