Chabuca Granda, 100 Años

Por: Uriel de Jesús Santiago Velasco.                                                    

“Déjame que te cuente limeño/ déjame que te diga la gloria/ del ensueño que evoca la memoria/ del puente viejo, del río y la alameda…” al comenzar este texto evoco la elegante y discreta voz de Chabuca Granda, la gran folklorista, la madre espiritual de tantos cantantes y escuchas alrededor del mundo, la que jugaba en el aire con sensualidad sus manos mientras movía sus caderas al ritmo de la marinera, el landó o los valses; la dama de la canción peruana que rechazó nombrarse poeta y siempre dijo ser letrista.

Cuya historia familiar se gesta en la segunda década del siglo XXI, cuando el ingeniero Eduardo Antonio Granda y San Bartolomé se encuentran por azares de la vida con la joven Isabel Susana Larco Ferrari en una embarcación que los transportaba a Buenos Aires, Argentina; dicen que el encuentro fue fortuito, por ello, al poco tiempo, los jóvenes peruanos se casaron y se instalaron en el asentamiento minero de Cotabambas Auraria perteneciente al departamento de Apurímac, Perú.

Ahí, en las alturas de las montañas andinas, nació el 3 de septiembre de 1920, María Isabel Granda y Larco -de ojos color esmeralda, temple parsimonioso y cabello castaño casi rubio- a quien el mundo conocería como Chabuca Granda. Su infancia la transcurrió de una provincia a otra pues la familia padeció algunos infortunios que les impidieron tener un lugar fijo para echar raíz, tal vez por ello su hija, Teresa Fuller, asegura que el mayor deseo de su madre era “Tener una casa con huerto para poder escribir tranquila”.

Chabuca –según sus biógrafos- era una niña que jugaba de noche y dormía de día, conforme fue creciendo, comenzó a demostrar su pasión artística y formó un dúo y un trío musical con el que interpretaba boleros.

Más tarde, en 1942, se unió en matrimonio con el brasileño Enrique Demetrio Fuller da Costa y juntos se fueron a vivir a la capital de los Estados Unidos; la pareja procreó tres hijos: Eduardo, Carlos y Teresa Fuller Granda, con esto, Chabuca abandona sus aspiraciones artísticas y se dedica por unos años de lleno a su familia.

Una década después, el mundo idílico llega a su fin y el matrimonio se separa, Chabuca se ve emocionalmente afectada y sufre el rechazo de la sociedad limeña de la época. Estando sola fue como reorientó su camino en la vida: la música, “Yo me divorcié y tenía que hacer algo con mis manos, con la cabeza, con mi tiempo y con todo y descubrí que las mujeres podíamos hacer canción popular”.

Chabuca Granda falleció la madrugada del 8 de marzo de 1983, mientras se recuperaba de una operación a corazón abierto realizada en Miami, Florida, sus restos fueron repatriados al Perú el 12 de marzo, donde recibió de manera póstuma los honores más altos y fue despedida por su pueblo; dejando un acervo que se cree rebaza las 400 composiciones musicales.                             

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