Aprendiendo a relajarse, conociendo nuestros límites.

Por Dra. Rosa Ma Ortiz Prado

En este nuevo año empezaremos nuevas aventuras, nuevos proyectos, trabajos, estudios, etc. que traerán consigo nuevos retos. Ya hemos hablado antes de cómo construir nuestras metas y cómo saber si lo estamos logrando. Algo de lo que no hemos hablado es cómo mantenernos relajados y tranquilos mientras conseguimos nuestros sueños, y cómo no sentirnos ofuscados ante el estrés y las responsabilidades.

Hoy quisiera compartir con ustedes algunas técnicas sencillas para sentirnos mejor, para dejar ir de vez en cuando las preocupaciones, tomar un respiro y así seguir adelante.

Control de la respiración

Uno de los síntomas de la ansiedad es la respiración superficial; en el momento en que seas consciente de esto, es recomendable practicar esta sencilla técnica la cual puedes hacer en cualquier lugar: el control de la respiración.

  1. Inspira por la nariz en lugar de por la boca.
  2. Respira suave y profundamente varias veces. Nota cómo se ensancha el abdomen en la inspiración y cómo se estrecha en la exhalación.
  3. Haz un par de inspiraciones profundas por la nariz seguidas de exhalaciones lentas y suaves por la boca.

Date unos minutos para ir a caminar

Cuando el estrés nos agobia, a veces podemos salirnos del contexto que se está tornando demasiado tenso para nosotros; al hacerlo, es recomendable avisar a nuestra familia o pareja que saldremos a caminar un momento para calmarnos, para dejar que el enojo disminuya y podernos sentir mejor.

Puedes hacerlo sólo por media hora. No se necesita más. Andar a paso rápido disfrutando del aire libre, de ti mismo y ejercitando tu cuerpo mediante el ejercicio, es un modo más que perfecto para liberar tensiones y eliminar ese estrés dañino que se almacena en nuestro organismo.

 Permítete una descarga emocional

Cuando nos sentimos a punto de quebrarnos, es importante de vez en cuando permitirnos una descarga emocional. Date más tiempo para cumplir con tus tareas, empieza a delegar las responsabilidades, a compartirlas; proponte metas realistas. Hay muchas cosas para discutir en este punto. Se trata de nuestra actitud ante la vida, necesitamos que nuestros objetivos sean auténticos y acordes con nosotros mismos, debemos ser capaces de saber que no tenemos que controlar todos y más importante aún, ser capaces de pedir ayuda cuando tengamos la necesidad de hacerlo.

Alfred Liangle, un psicoterapeuta australiano, nos recomienda hacernos preguntas para empezar a dejar atrás el agotamiento.

¿Para qué estoy haciendo esto? ¿Para qué estudio en la universidad? ¿Para qué escribo el libro? ¿Cuál es el sentido de eso? ¿Me representa un valor? ¿Me gusta lo que estoy haciendo? ¿Amo hacerlo? ¿Siento que es bueno? ¿Lo hago con ganas? ¿Me alegra lo que estoy haciendo?

Probablemente no siempre va a ser así; sin embargo, la alegría y la satisfacción tienen que prevalecer, hacer que los sacrificios o el cansancio sean los menos en nuestra vida. Al final de cuentas te puedes hacer otra pregunta más personal: ¿Quiero vivir para eso? Si estoy muriendo y miro hacia atrás ¿Pensaré que por eso valió la pena vivir?

Los dejo con estas preguntas importantes para este año que apenas empieza. Para decidir cómo querernos sentirnos y hacia dónde queremos ir. Gracias.

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Dra. en Psicología Rosa María Ortíz Prado
Sexóloga. Coach certificado internacional.
Mariano Matamoros #201
Col. Centro, Oaxaca de Juárez.
Tel: 951 5471247 y 51 38304

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