Un cráter volcánico: el hogar de criaturas únicas

Por: Romina Silva Espejo

La intensa actividad volcánica que existió hace 25 mil años en el centro de México, moldeó paisajes únicos. Los cráteres volcánicos formaron cuerpos de agua con tonalidades azules que destacan entre toda la vegetación que las rodea. La laguna de Alchichica es una de estas y, a pesar de ser sorprendente a simple vista, sus profundidades lo son aún más.  

Todas las noches, el ajolote de Alchichica, explora la laguna entre corrientes frías y saladas para alimentarse, probablemente de una cochinilla acuática o de un charal poblano. Durante el día, las rocas de microbialitos son la opción perfecta para mantenerse oculto de la luz solar. 

Los microbialitos, o texcales, son la primera peculiaridad que se observa al llegar a la laguna, pues todo el borde se encuentra rodeado por una cadena de rocas irregulares de color hueso. Estas rocas son agregaciones de bacterias y arqueas; el color hueso o blanco se lo otorgan todos los minerales que estos microorganismos atrapan; los texcales no sólo se encuentran afuera o en la parte superficial de la laguna, también habitan hasta los 30 metros de profundidad y funcionan como casa para otros organismos pequeños.

Mientras la salamandra huye del sol y se esconde entre los texcales; las algas, bacterias y diatomeas de Alchichica lo disfrutan al máximo para realizar sus funciones vitales y para colaborar en el buen mantenimiento del cuerpo de agua. Sin embargo, aunque mucho sea el esfuerzo de las especies de la laguna, existen amenazas mayores para el ecosistema.

La desecación por la sobreexplotación del agua y la contaminación de la laguna por fertilizantes y plaguicidas químicos, son los principales problemas que enfrentan las especies que habitan este ecosistema. La urbanización también se ha incrementado y ahora se puede observar muy cerca de la laguna, incluso muy cerca de los microbialitos. 

El cráter alberga en su interior a muchas especies microendémicas, esto quiere decir que estas especies no existen en ningún otro rincón del mundo. Literalmente, los 1.73 kilómetros que mide la laguna de Alchichica, son su único hogar. ¿Acaso no es increíble? Es difícil no sentirse privilegiado u orgulloso, pero desafortunadamente las emociones cambian cuando conocemos la realidad ambiental de la laguna. 

Respetemos su casa, como si fuera nuestra. El día que visites Alchichica, no tires basura y ten cuidado con los texcales; admira el hermoso ecosistema y aunque no puedas verlos, recuerda que en sus profundidades existen anfibios, peces, crustáceos, insectos, algas y bacterias únicos en el mundo. Estoy segura que recordarlo, hará tu visita más memorable. 

  • Compartir esta información con más personas es de mucho valor. ¡Colaboremos para conservar la laguna de Alchichica! 

Si deseas conocer más acerca de las especies microendémicas del cráter, te sugiero leer: Lago Alchichica una joya de biodiversidad.

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