José Vasconcelos nace el 26 de febrero de 1882 en la siempre bella y noble ciudad de Oaxaca; hijo de Doña Carmen Calderón Conde y de Don Ignacio Vasconcelos Varela. José fue el hijo segundo de los nueve que procrearía el matrimonio; él y su familia emigran a los pocos años de la ciudad de Oaxaca a Piedras Negras, Coahuila, esto favorece al joven Vasconcelos pues realiza sus primeros estudios en el extranjero. Más adelante, la familia se muda de nueva cuenta y él continúa sus estudios en Campeche y en el Estado de México.
La importancia de Vasconcelos, como Guadalupe Loaeza lo describe: “Un caudillo de la Cultura”, es que vivió de cerca los momentos revolucionarios, fue un zapatista de hueso colorado y le tocó conocer el país en dos distintos momentos; fue candidato a la gubernatura del Estado de Oaxaca, Candidato a la Presidencia de la República, Secretario de instrucción pública de México, noveno Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Primer Secretario de Educación Pública del país.
Ciertamente fue un orador, escritor e ilustre combatiente que luchó por la educación, encabezó de la mano de Gabriela Mistral una de las campañas más importantes de alfabetización en México y fue el encargado de crear la colección de libros gratuitos “Clásicos” donde se incluyeron títulos como: La Divina Comedia y Fausto y La Odisea. Sus ideales siempre fueron de líder; aportó mucho de lo que hoy goza este país, fue un abogado, político, escritor, periodista y pensador.
Autor de una serie de libros biográficos en los que destacan: Ulises Criollo y la Tormenta. Quiero que pensemos cómo fue su infancia, de dónde Vasconcelos aprendió ese amor por las letras; mucho es gracias a sus padres, una familia en donde estaba arraigada la santa madre iglesia. Desde pequeño sus padres lo educaron pues sentían el temor de que al vivir y estudiar cerca del extranjero, sus hijos aprendieran culturas e ideologías ajenas a las de nuestro país, razón por la que su padre, desde niño, lo puso a leer libros de historia de México, Atlas de geografía y lo educó con el más especial cancionero mexicano. El amor por su cultura se lo enseñó su padre; sin embargo, según sus biografías, Doña Carmen, madre de Vasconcelos, fue vital para la formación del autor de La Raza Cósmica, era una mujer católica que diario, por miedo al protestantismo, leyó y enseñó la palabra de Dios a su hijo, sembrando en éste, un pensamiento católico.
Él mismo, en sus memorias, se describe como un niño soberbio, con una infancia difícil, ya que desde pequeño, antes de conocer la lujuria, ya se sentía solitario, único y un perfecto candidato para ser líder. Por eso en esta ocasión recordamos la vida del ilustre oaxaqueño a los 136 años de su natalicio.
Por: Uriel de Jesús Santiago Velasco