Por Romina Silva Espejo
Quizá en algún momento de tu vida te has encontrado en sitios alejados de la ciudad, sitios donde la noche es muy tranquila y oscura. Es probable, que en esos momentos hayas presenciado una serie de luces intermitentes que llaman la atención, flotando por la naturaleza a tu alrededor.
Sin duda, estas luces atractivas y relajantes despiertan tu interés, y al acercarte, puedes darte cuenta de que los artistas de ese hermoso espectáculo son insectos; animales pequeñitos que pertenecen al orden Coleoptera, el grupo de los escarabajos. No todos los escarabajos emiten luz, pero los integrantes de la familia Lampyridae sí, y a ella pertenecen las luciérnagas, cocuyos o bichos de luz, como comúnmente los conocemos.
Las luciérnagas emiten luz durante la noche y la utilizan para comunicarse; principalmente, la luz es una señal de atracción sexual que utilizan durante el cortejo, de esta manera consiguen pareja y completan su ciclo vital. El macho emite un patrón de destellos lumínicos para atraer a una hembra, si la hembra se interesa, reproducirá el mismo patrón de luces y esto facilitará su encuentro en la oscuridad.
Su luz también funciona como advertencia para los depredadores, pues estos escarabajos presentan compuestos químicos desagradables para ellos. Las luciérnagas que encontramos volando y emitiendo luz, son adultas; sin embargo, en su fase de huevo, larva y pupa, también pueden producir luz para advertir a los depredadores de su toxicidad.
El espectáculo de luces se origina en su abdomen; en él, se encuentran órganos fosforescentes y lumínicos que al absorber oxígeno, desatan una serie de reacciones químicas donde participa el compuesto luciferina y la enzima luciferasa. El resultado es un hermoso destello de luz sin calor.
El espectáculo que nos regalan estos nobles escarabajos es un indicador ambiental. Su presencia demuestra que el ecosistema se encuentra poco perturbado y tiene buena salud. Además, las larvas de luciérnagas se alimentan de otros animales y regulan sus poblaciones; en su fase adulta, se alimentan principalmente del polen y néctar que les ofrecen las plantas, completando su ciclo de vida e interviniendo en la producción de alimento para otras especies, como la nuestra.
Tal vez hayas notado, que en la oscuridad de la naturaleza, estas luces cada vez son más escasas. Desafortunadamente, las luciérnagas se encuentran en peligro de extinción, debido al uso de pesticidas y a la creciente contaminación luminosa de las ciudades. Perjudicando su defensa contra depredadores y su reproducción, provocando que sus poblaciones disminuyan cada vez más.
Si visitas algún santuario o si te encuentras en un sitio donde estén presentes las luciérnagas, recuerda seguir las indicaciones. No emitas ningún tipo de luz, no perturbes su hábitat, recoge tu basura y respeta la naturaleza. Recuerda que su luz es importante para su supervivencia y para la de otras especies. Disfruta del espectáculo sin perturbar.
