AL BORDE DE LA EXTINCIÓN
El café pluma es reconocido y apreciado mundialmente por las características que posee, estas características se las otorga el microclima que se genera a más de 1000 msnm, en los límites entre las regiones de la Sierra Sur y la Costa.
En este momento nos encontramos en la cosecha 2017-2018 y, platicando con Cándido Bustamante, productor de la zona, quien representa a la quinta generación de una familia de cafeticultores, nos explicó el peregrinaje que tuvieron los cafetos por la región.
De Miahuatlán de Porfirio Díaz llegaron a los cerros, principalmente, al cerro de la Pluma, a sembrar café y, desde entonces, plantaron la variedad típica, conocida también como “pluma” la cual se adaptó con éxito a las condiciones de la zona, cobrando fama mundial por sus atributos y excelente taza, siendo, hasta el día de hoy, un referente. Pero como todo principio tiene un fin de aquellas plantaciones que se hicieron en prósperas fincas y que dieron fruto por décadas y décadas.
Frondosas matas con múltiples tallos y extensas raíces y de una longevidad extraordinaria que aún existen, han sobrevivido gracias a la alta nubosidad y sombra, pero se han visto amenazadas en los últimos cuatro años por la roya (hongo que enferma a la planta), lo que ha provocado que se estén extinguiendo poco a poco. Hoy en día muy pocos productores estarían dispuestos a volver a sembrar la variedad “pluma”, nuevas variedades se están promoviendo y, en los últimos años, se han sembrado millones de nuevas plantas de las variedades: Oro azteca, Colombia sarchimor, Costa Rica 95 y Marsellesa, todas con tolerancia a la roya.
Por ahora existen algunos intentos por el rescate del café pluma y, tal vez en algunos microclimas de la región y con buenos cuidados, podríamos seguir teniendo esta variedad y seguir disfrutando de su inigualable aroma y excelente sabor.