Hablemos de salud mental

 

¿Qué es el trastorno límite de la personalidad?

Rosa Ma. Ortíz Prado

En nuestro día a día, es común que se utilicen, de manera natural y cotidiana, palabras como “neurótico”, “histérica”, “deprimido” o “bipolar”; muchas veces, son frases para describir comportamientos nuestros o de otros seres humanos, sin saber, a veces, realmente lo que está detrás de una palabra, minimizando o ridiculizando un poco la seriedad que tienen algunas de estas enfermedades mentales. Una de las palabras, que a veces escuchamos, es que alguien es “límite”; así que hoy me gustaría compartir con ustedes la realidad de qué es el “Trastorno límite de la personalidad”.

Empecemos diciendo que este trastorno es, actualmente, uno de los más presentes en la población; sin embargo, también es uno de los más mal diagnosticados. Y, al igual que otros trastornos mentales, su origen es una mezcla de diversos factores y circunstancias genéticas, bioquímicas, neurofisiológicas y, también, aprendidas, trasmitidas y moduladas de una forma dinámica desde la infancia a la etapa adulta. No podemos señalar una sola causante de su presencia.

Pero, ¿de qué se trata exactamente esta enfermedad? Trataré de explicar de manera general los síntomas más comunes y que podemos notar con más facilidad en nosotros mismos o en otros. Es importante comprender que este tipo de enfermedades afectan diversas esferas personales y de contexto en el individuo; por lo cual, muchos síntomas afectarán no sólo a la relación de pareja o de familia, sino también, al área laboral o, simplemente, crearán una sensación de malestar en el paciente.

Los pacientes con “Trastorno límite de la personalidad” Tienen un concepto de sí mismos muy frágil, que es fácilmente alterado y fragmentado bajo situaciones de estrés, lo que se traduce en un nivel de identidad pobre y en sentimientos crónicos de vacío. Como resultado de ello, presentan inestabilidad emocional y tienen dificultades para mantener relaciones íntimas duraderas. Esto quiere decir que, con frecuencia, las personas que viven con este tipo de trastorno, experimentarán una sensación de tener “un hueco o vacío” que no saben cómo llenar; esto hará, que busquen distintas maneras de llenarlo, tal vez, a través de relaciones de pareja cortas y también que hará que sus intereses parezcan cambiar rápidamente, incluso modificándose de acuerdo a la persona con la que establecen lazos afectivos en el momento.

“Estos pacientes experimentan rápidos cambios de humor de forma intensa e impredecible, pudiendo mostrarse extremadamente ansiosos o deprimidos. También pueden enojarse o ser hostiles si se sienten incomprendidos o maltratados” (E. Esbec, et al., 2016). Tienden a ver las situaciones en términos extremos, o todo es bueno o todo es malo. Sus puntos de vista sobre otras personas pueden cambiar rápidamente. Los individuos con este tipo de trastorno se caracterizan por ser impulsivos, actuando con la emoción del momento, y por implicarse en actividades potencialmente negativas. También pueden presentarse actos deliberados de autolesión (cortarse, quemarse, golpearse, etc.).

¿Qué puedo hacer si creo que yo o alguien de mi familia tiene este trastorno?

Primero, quiero decirte que dependiendo de los síntomas y de la severidad de los mismos, muchos pacientes con este trastorno, acompañados de un buen equipo de profesionales de la salud, tienen un pronóstico favorable. Que puede ser un proceso largo que pondrá a prueba la paciencia, la tolerancia a la frustración y las redes de apoyo del paciente, es cierto; pero, también es cierto que es posible encontrar ayuda y salir adelante.

El primer paso, será buscar el apoyo de un profesional de la salud mental que tenga experiencia con el trastorno y que pueda hacer una evaluación real y completa del mismo, para que pueda dar un diagnóstico y desarrollar un tratamiento adecuado. Es importante que en este tratamiento también se haga partícipe a la familia del paciente y valorar si la medicación es necesaria. Entendamos que los profesionales de la salud mental, no importa qué tan talentosos sean, y los medicamentos, no importa que tan efectivos sean, no pueden deshacer mágicamente toda una vida que ha sido vivida con un trastorno límite de personalidad, pero si pueden brindarnos apoyo y respuestas; tratamiento y esperanza de alcanzar un estilo de vida más sano. Por ello, es indispensable que el paciente con este trastorno, reciba tratamiento psicoterapéutico.

Como siempre, es un placer compartir estas letras con ustedes.

¡Gracias!

 

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